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El muralismo y el arte, como protesta y revolución en Sudán

Este país que está al sur de Egipto ha tenido un siglo XXI muy convulso, siendo los últimos días los más aciagos con ataques a la población civil por las llamadas Fuerzas de Apoyo Rápido, que de apoyo social no tiene nada. Se hablan de miles de desplazados, con muchas muertes y tristemente, por que acciones que son más dolorosas que la extinción misma, violaciones de mujeres y, culebramente, de niñas. Sudán es un territorio dividido, con una guerra civil que parece eterna, sufrimiento y pobreza en todos los sentidos estás diezmando una sociedad que sólo quiere paz, armonía y equilibrio. En medio de toda esa tormenta, el arte y la cultura han jugado un papel más que importante en esa ansiada transformación. Desde las miradas y sus respectivas perspectivas, los artistas han contribuido a plasmar y visualizar los ideales de mujeres y hombres, sean jóvenes o no, que quieren un cambio y un mejor futuro para las generaciones que vengan.

Y es en ese arte, con mucho paralelismo con México, que se acerca y visualiza la lucha de una sociedad – con la juventud como punta de lanza – que ya está harta, y los artistas plásticos son parte de ella, ya sea como participantes en marchas, protestas, o como ideólogos; pero más como la mano talentosa que sirve a los intereses de la justicia, reconciliación, paz y equilibrio en su país. Y son los muros de ese pueblo los que muestran esa revolución, tal como parecía suceder en nuestro país…

Desde ese estilo de arte, en Sudán surgieron grandes talentos que usan las paredes de los diferentes barrios de sus ciudades para expresarse y ser soporte para esos jóvenes que buscan un cambio en el actuar de sus servidores públicos y puedan dirigir las riendas a buen puerto para todos los que integran esa sociedad de África. Jartum, la capital federal, fue el epicentro de todo este movimiento social y narrativo. Los pinceles se alzaron en pos de ideales y consuelo para los que siguen en la lucha, al igual para aquellos que ya no están en este plano.

Nombres como Muhanad Khalafallah, resuenan a través de sus obras, en sus colores y diseños que le dan otro rostro a la revolución. Músicos como Mohamed Marzoog le dan entonaciones a las frases, a los textos y, como bien sale de su voz: «La música y las canciones son la voz de la revolución». Pero el apoyo no queda sólo en el ámbito local, también desde el extranjero hay voces disidentes, propios de Sudán, que exportan su justa pelea a las otras miradas, las occidentales, las que mayormente son ápaticas e indiferentes a las causas de otros pueblos; pero eso, eso no desalienta a Ahmed Islam Aldin, quien contribuye a esa manifestación. “Diseñadores y artistas han llenado la esfera virtual con muchos trabajos”, señaló. “Algunos de estos trabajos fueron usados durante las protestas mientras que otros fueron usados para aumentar la conciencia entre los manifestantes”.

Para ello, lanzaron una plataforma donde crearon tendencias como #askmeaboutsudan (pregúntame sobre Sudán) y #blueforSudan (Azul por Sudán); ésto último en honor a un ingeniero británico, Mohamed Matta, de raíces sudanesas, que fue asesinado durante las protestas en Jartum, y, desgraciadamente, las fotos de sus perfiles de redes sociales eran de un tono sólido de azul turquesa cuando murió.

Estos hechos han contribuido en la simpatía de miles de personas alrededor del planeta, pero lo más importante, en una irónica contradicción, esto ha llevado a un nuevo auge en las artes y artes políticas. Además que varios artistas de la diáspora sudanesa, incluyendo los radicados en otras naciones, a montar varias exposiciones en diferentes capitales de Europa y Oceanía, tales como Berlín, Venecia, Viena, Sydney, París y varias más.

Toda una desconstrucción social y artística para el bien común de los habitantes de Sudán…

Creado por Invidente Zurdo