La uta soledad de Iván García y los Yonkis en la FIL

Hay artistas que merecen una mejor difusión comercial, aun las reticencias que el propio artista ponga. Aunque parezca que rehúye de ello, el ejecutante, merece tener ese caché de masividad, más cuando su arte es sublime, no importando el tono de su inspiración.

Lo mainstream es obligado para personajes como Iván García y su tropel de afinados juglares que lo rodean, apoyan y consienten. Este cantautor poblano es uno de nuestros favoritos porque todo lo que hace, lo hace de manera profesional y artístico, sin cortapisas o autocensura. Cree en esa inspiración que supura por todo su cuerpo.

“Creyente libertario del oscurantismo humano, de las bajas pasiones que puerilmente encerramos…”

Decimos ese rollo dizque mareador porque asistimos a su toquín del Centro Cultural San Roque, en el marco del Festival Internacional de Puebla y, efectivamente eso fue, una tocada de pocas canciones que no debió haber sido, merecía más tiempo en el escenario, pero sólo el trovador y quien lo convocó saben los términos de sus presentaciones.

En Ocioltura, junto con otros compas nos hemos roto la cabeza, devanándonos los sesos porque carajos la radio convencional no busca este tipo de propuestas musicales. Y sí, no somos tan dinosaurios – aunque la neta ya estamos varios pisos arriba que los centenials y milenials – sabemos que hay muchas apps y / o plataformas, así como redes sociales donde muchos artistas han logrado hacerse de un nicho y difundir sus producciones con mejor suerte, y menos payola, que con los medios convencionales. Pero ¿de verdad? Éstos últimos no le dan cabida a la chingonería ambivalencia epistémica que son estas rolas arrabaleras.

Motivos aparte, la entrega que estos Yonkis dan sobre el escenario es de mucha rabia contenida, con interpretación más que profesional, y qué decir del éxtasis de su guitarrista principal, Carlos Iván Carrillo, así como la destreza del tándem rítmico del bajo y bataca. Del líder vocal ya sabemos como se las gasta y lo hace muy cabrón.

Nos hubiera gustado que asistiera más gente y reventar ese patio colonial, así como la duración del recital, pero dicen que de lo bueno poco…