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Wagner, el hombre por encima del mito

En la exposición especial «Mensch Wagner» (Wagner, el hombre), el objetivo de Sven Friedrich, director del Museo Richard Wagner de Bayreuth, es «mostrar el núcleo humano de Wagner tras el gran telón de fondo mítico», según explica en entrevista que dio a la cadena DW.

Richard Wagner (1813-1883) ya trabajaba en vida en el mito que rodeaba a su persona, un influencer de su propia obra, un autopromotor de su tiempo. A Wagner le gustaba presentarse como un hombre del Renacimiento, con ropas de raso y brocado. Su gorro al estilo de Durero y su barba de perrilla son inconfundibles. «Se trata de un disfraz, un papel con el que Wagner quería ser percibido como un maestro, cosa que consiguió bastante bien», reafirma Friedrich.

Wagner no sólo fue director de orquesta y compositor, sino también poeta, dramaturgo, escritor, filósofo del arte y teórico musical. Sus descendientes lo estilizaron como un superhombre (Übermensch, en alemán). El mito perdura hasta nuestros días.

Wagner, el hombre, es una personalidad con características ambivalentes. De joven, participó en la llamada Revolución de Marzo de 1848/49, luchando por la libertad y la democracia y por la abolición de la aristocracia. Más tarde, se alegró de recibir el apoyo financiero de ciudadanos ricos y aristócratas. Su mayor admirador fue el rey Luis II de Baviera. Sin su ayuda financiera, el teatro del Festival de Bayreuth no se habría construido.

La idea de la ‘obra de arte total’ (Gesamtkunstwerk, en alemán), en la que la música, el texto, el drama, la escenografía y la arquitectura forman una unidad, hizo mundialmente famosos a Richard Wagner y a sus óperas. 60.000 fans de Wagner peregrinan cada año al Festival de Bayreuth, donde el compositor abrió su propio teatro del festival en 1876. Y es el que sirve para ese Festival de Bayreuth.

Richard Wagner era un antisemita convencido. A mediados del siglo XIX, existía una fuerte corriente antisemita en Europa. En 1850, Wagner publicó su panfleto «El judaísmo en la música», en el que negaba a las personas de religión judía la capacidad de expresarse creativa y artísticamente. Las opiniones de Wagner jugaron a favor de los nacionalsocialistas a principios del siglo XX. Adolf Hitler fue uno de los mayores admiradores de las óperas de Wagner en la década de 1930.

A Richard Wagner le gustaba vivir por encima de sus posibilidades y se aprovechaba de la gente. Tenía constantes dificultades financieras y huyó varias veces de sus acreedores al extranjero. En tales situaciones, el compositor aceptaba de buen grado la ayuda de compañeros judíos. El compositor de ópera judío Giacomo Meyerbeer, muy respetado en París, lo ayudó en sus dificultades financieras y lo hizo famoso en París. Más tarde, Wagner desdeñó a su antiguo patrocinador. Eso no lo hacía precisamente un hombre agradable.

A la pianista y compositora Clara Schumann no le gustó su arrogancia y su «risa lloricona». «Wagner era físicamente pequeño, astuto y ególatra», dice Sven Friedrich. El escritor Thomas Mann lo llamó el «gnomo lloricón de Sajonia», y dijo que era alguien «con talento explosivo y carácter deplorable».»

En la exposición, los visitantes aprenden sobre la persona de Richard Wagner a partir de testimonios personales o de los recuerdos de familiares y contemporáneos. Los organizadores de la exposición no quieren presentar a Wagner como un visionario que se inventó a sí mismo, sino como un hijo de su tiempo, y en el contexto de las circunstancias que rodearon su vida.

Wagner murió en Venecia en 1883, sin dejar un testamento. Su esposa, Cósima, se hizo cargo de la dirección del festival hasta 1908. Katharina Wagner, bisnieta de Richard Wagner, es la directora del Festival de Bayreuth desde 2008.

La exposición «Mensch Wagner» se presenta hasta el 6 de octubre en el Museo Richard Wagner de Bayreuth. El Festival de Bayreuth comienza el 24 de julio y se prolongará hasta el 27 de agosto. Por si quieren ir a estas dos magníficas muestras de arte…

Con info de Gaby Reucher para DW…

Creado por Invidente Zurdo