Hace unos días, en el zócalo de la centenaria ciudad de Puebla se llevo a cabo una exposición que fusiono la tecnología automotriz y las prácticas plásticas como la pintura. Reconozco el valor de los dueños de hermosos autos clásicos para dejar que éstos fueran usados en esta intervención. Ensamble de arte automotor con lienzos.

En esta exhibición al aire libre, de acceso gratuito para el público en general, pudimos observar joyas como un espectacular Ferrari de los años cincuentas, usado, aparentemente, para carreras profesionales de automovilismo. Un Porsche, de los 70 – 80´s, un Mg, también añejo en su fabricación; esas bellezas se combinaron con marcas más recientes como un Tesla, una camioneta Infinitum y otras reconocidas empresas.

En el aspecto artístico, los lienzos eran de una sobria y excelente manufactura. De diseños bien hechos, llamativos, revelando talento y estudios en sus autores. Peeerooo, la simpleza de esos cuadros no eran como para decir que tenían una profundidad disruptiva propositiva para sugerir o transmitir un mensaje sobre los pros y contras de una industria que sólo genera riqueza para unos cuantos, pero, tristemente, muchas poblaciones necesitan en su economía local, como la nuestra.








No estamos en contra de cualquier expresión artística, pero a veces – si no es que en muchas – estas intervenciones parecen más dirigidas para un grupo de artistas allegados a las autoridades municipales en turno. En fin, disfruten con las imágenes…