8 años dando Beat… 803 veces

Si hay un sitio que ha demostrado resistencia, resilencia y obstinación ese es el Beat 803; una marca que lleva años peleando por ser un espacio abierto para todas las transformaciones del arte, sin importar la orientación social, sexual, política, musical, económica e idealista, con la obviedad de ser liberales y respetuosos.

El Beat 803, en su situación física, en su formato de inmueble, desafia la lógica y convencionalismos de las obligadas ubicaciones céntricas, donde el arte y la cultura, parecen ser – y lo son – sometidas al albedrío oficial de los principales poderes fácticos gubernamentales y privados, forzando a los interprétes a aceptar, a regañadientes o no, pagos, y condiciones en general, nada justas.

Por eso el Beat es un halo de claridad en medio de ese maremágnum impositivo. Desde su frente, a las afueras de esos límites preestablecidos ya mencionados, ofrece su propia promotoría, con propuestas que van desde lo local hasta lo internacional. Ya sea que lo haga de forma independiente o en coproducción con otras empresas; arriesgando capital monetario y humano para impulsar el talento que habitga en los terrenos de los subterráneo e independiente.

Y no son loas forzosas o gratuitas, hemos andado la ruta con diferentes éxitos, y nos da un chingo de gusto ver como se han mantenido contra viento y marea, sosteniendo sus ideales y compromiso para con la comunidad artística, para con esa Puebla rebelde, disidente y disruptiva que cada día reclama más espacios para sus expresiones, que son iguales de válidas que las que nos quieren mostrar como las oficiales, autorizadas y palomeadas por sectores de «bien».

Por eso aplaudimos la actitud y cimentación del Beat 803, que, como otros foros culturales, va pian pianito, soportando avatares sociales, mediáticos y pandémicos para traer extraordinarios músicos de talla nacional e inmternacional.

Como siempre decimos, sirva esta nota como un preámbulo para una platica presencial con los forjadores de este proyecto cultural… Vaya un saludos desde nuestra humilde y caótica trinchera…