De que hay exposiciones fregonas, las hay, acudimos a una en especial, en un refugio dedicado al arte, ubicado en el Centro Histórico.
En el Museo Taller Erasto Cortés, se puede ver una parte del legado final de una artista cien por ciento poblana, Teresa Nava, y a manera de homenaje celebran su décimo aniversario luctuoso.
Una mujer dedicada al arte, a su fomento y preservación, quien termino enamorando a otro grande de las musas, Carlos Monsiváis, quien, dice el relato de leyenda, le rogó a la maestra Nava, para que le hiciera otras maquetas, otras de sus maravillosas miniaturas; con esto, termino elaborando otros modelos, esos pequeños mundos íntimos, pero a la vez que son conocidos por todos, populares y que son la huella digital de una comunidad dolida, exigida, necesitada, pero siempre alegre de sus poses, de sus formas.
Entre ellas hay retratos históricos, pero es conmovedor el ver ese par dedicado al General Zaragoza, en su momento de mayor gloria, así como la llegada de sus restos mortales al suelo que lo vio partir con tristeza. También están los que enaltecen al oficio, a la profesión, que en un principio es por la necesidad, pero con el paso del tiempos se volvieron amor a lo dedicado, al esfuerzo por ser alguien o conformar parte de una sociedad cambiante, ya que lo se muestra, es parte del siglo ido, ese veinte trasnochador y un poquito más allá, el cierre del XIX. Saltan en sus pequeñas vitrinas el carnicero, el de las pompas fúnebre, el verdulero, lechero, sastre, relojero, fotógrafo, aguador, el de la jarcería, pu….fff! todos o casi todos están ahí omnipresentes, congelados en su tiempo, en los rasgos, en las ropas; hasta quien escribe, está presente, en su máquina rodeado de sus libros, acompañado de sus gatos, ahí está Don Carlos, somnoliento entre sus líneas no escritas.
Vale la pena ir a ver tan bello arte de Tere Nava, vale palparlas, sentirlas, gozarlas, vivir cada pose de sus pequeños protagonistas, sus momentos omnipresentes, quedaron fijos en su tiempo, en sus acciones de comerciantes, de seres humanos laboriosos, orgullosos de sus profesiones, sin aparente queja, sin lamentos por ser quienes fueron, aunque la señorita Nava ya los inmortalizo, ya les dio una posteridad, que espero, la mantengan así, en el Estanquillo, donde respiran gracias su visión y amor, ese amor que puede ser mal pagado, pero al fin y al cabo, es amor por la belleza del arte…
Visiten el Museo Taller Erasto Cortés ubicado en la 7 Oriente #4 Centro Histórico y permanecerá hasta octubre de 2015 Entrada Libre #Cultura, #Arte#Pueblavive