México cuenta con una industria cigarrera que compite con la más famosa del planeta: los puros… Y sí, sí existió el puro de Campeche, aunque éste si echaba humo…
Este tipo de producto hedonista tiene una amplia historia de nuestro país y no se remonta a los tiempos de la colonia española; va más allá, los ancestros naturales de estas tierras ya tenían el hábito de fumar. Las culturas del centro y sur del territorio dejaron constancia de que utilizaban la hoja del tabaco para distintas ceremonias religiosas.
En primera instancia, los españoles no apreciaban y permitían que se siguiera con la producción y consumo del tabaco, ya que lo consideraban como un acto de herejía y rebeldía, que podía preservas sus antiguas tradiciones y, por consiguiente, no se someterían a la corona y cruz.
se dice que el tabaco es original de las tierras mayas, abarcando una gran área de cultivo, ya que se sembraba y cosechaba en lugares que hoy son conocidos como Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán – estados mexicanos -, así como en Guatemala y Honduras. Pero era tal su popularidad, que se comerciaba con otras tribus, las cuales se asentaban en las islas del Caribe, hoy conocidas como Cuba, República Dominicana y Haití.
Con el paso del tiempo, los invasores fueron tomando gusto por su práctica, tanto, que hicieron estudios y descripciones de todo el proceso de creación. Por ejemplo, en la Apologética Historia de las Indias de Bartolomé de las Casas, se relata la forma en como los nativos aspiraban el humo procedente de sus cigarros. Hay más tratados sobre el tabaco, desde su obtención y el tipo de plantas que se necesitaban.
La industria de los cigarros en el país, como tal, en su forma “moderna”, debemos decir que es una actividad que data del 1700 y se extendió en forma independiente de inicios del 1800. Alrededor del 1830, después de la consumación de la independencia de México, el político mexicano y ministro de Hacienda de la época, Manuel Lorenzo Justiniano de Zavala y Sáenz, arremetió contra el monopolio del tabaco y acabó con las Fábricas Reales.
Ese fue el momento del comienzo de la actividad controlada por mexicanos y desde ese tiempo, cigarreros y pureros comenzaron a generar grandes transformaciones en el negocio, en especial cuando la fabricación dejó de ser totalmente manual en 1846. De ahí en adelante muchas marcas de cigarros y puros comenzaron a aflorar en el país, siendo Veracruz uno de los puntos de mayor relevancia.
Resta decir que los torcedores – así se les conoce a quienes los arman a mano –, de ese estado costero son de los mejores del mundo, aunque en fama internacional, sean los cubanos los que llevan la mano. No importa, compren y echen un buen puro mexicano, y sí es de la región de los Tuxtlas, en Veracruz, se harán de uno de alta calidad, con harta garantía de un gran sabor tabaquero.
Marcas hay un chingo, les dejamos algunas, Romeo y Julieta, A. Serrano, Te Amo, Santa Clara, La Joya, entre otros. Cualquiera de ellos se puede conseguir en tiendas especializadas o de una cadena famosa perteneciente al señor de los teléfonos. Los precios son variados, y a fuerza de ser sincero, no son baratos…