Invidente Zurdo
Este trabajo discográfico es potente, poderoso y directo, donde las influencias de su principal compositor se dejan mostrar sin inhibiciones. ¿Y eso es malo? Para nada, Iván García desnuda el alma, neuronas e inspiración, esa que es dada como “una línea blanca en la mesa de la sala, a la luz de la alborada” …
Tormenta, para quien escribe esto, es el mejor disco de esta parda de excelentes músicos; donde el rock, jazz, country, blues, tango y demás corrientes se confabulan para no ser tan corrientes. 13 canciones que te sugestionan a buscar el ajenjo y dispara las endorfinas para que, juntos, conocidos y extraños, bailemos sobre las tumbas del alegre panteón que es esta vida…
Para mí, un ilustre desconocido autor, el disco es lo que el apelativo principal promete: un aluvión de emociones que nos estruja a la primera escucha. La lírica es impactante, que en la voz del maese Iván – desgarros que hacen temblar la mente y espíritu – son protesta. Protesta por la muerte, la vida, el desánimo, la euforia, la melancolía, la alegría y la constante búsqueda del equilibrio de todas las partes que nos componen en un solo ente…
Pensándolo bien, las rolas son pócimas para el rompecabezas que son nuestras comunes auras. Y mientras intentamos recomponer esos sentimientos, galopamos al ritmo de la farlopa, escuchando de fondo la genialidad de Dylan, la que se trago y bien supo asimilar el señor García…
Como lo hemos mencionado, las ráfagas melódicas nos azotan y luego nos llevan a una calma, como si estuviéramos dentro del ojo del huracán, y ya estando ahí, viene el putazo de nuevo. Las pupilas se nos dilatan y agradecemos que nos dejen sacar el grito de la angustia quebrada…
García está en plena madurez, disoluto en plenitud, sacando lo mejor de sí, sin importar lo que digan las orejas de los críticos bien intencionado y elevada moral. El arte es así, disruptivo y provocador, y la prosa de Iván se desliza en los pasillos de la lujuria de lo malevo…
La composición y ejecución es una verdadera fiesta de noches en arrabales, sorbiendo el éxtasis de la vida. Los Yonkis van más allá de una simple comparsa; validan y animan a que el líder de la pandilla se supere a sí mismo y saque al señor Hyde para que exprese la animadversión que hace flotar a los cuerpos…
La producción del otro Iván – Carrillo – malea de extraordinaria forma la tesitura del compositor. Casa Yonki es una realidad, “garaje” idóneo para el artista independiente, el que busca una dirección llena de libertad y buen consejo para ser azotados en el buen sentido de la palabra…
Tormenta pareciera ser pasado de esta gran agrupación, pero les juro que no, hoy que lo he escuchado varias veces, sus canciones son el perfecto brebaje para este turbio y tormentoso presente…
En sí, Tormenta es el clima ideal para los outsiders que pueblan la Puebla…
Ocioltura recomienda ampliamente este chingón disco…
