Que ha causado un nuevo debate humano, porque este insecto nada tiene que ver con las decisiones entomológicas que toman algunos que son considerados como sabios.
Anophthalmus hitleri es el nombre de ese hermoso escarabajo que, por ese apelativo está entrando en terrenos pantanosos por ser “coleccionable” para los amantes de lo extraño y, a menos que no lo sepan por no sintonizar canales de noticias o vivan en una isla desierta, seguidores del denostado Adolfo. Sí, aun hay aspirantes a portar la calavera con los huesos cruzados y las dos ese – ese… ya te la sábanas eeesseee…
Este singular coleóptero – también se le llama así mi estimado único lector – es de color marrón y no tiene ojos, así como los suyos lo leen. ¡Peeerooo! No se preocupan, tal cual topos, no los necesitan ya que son habitantes de cuevas y éstas se hallan en la bella Eslovenia, es decir, la Europa del este. Y fue descubierto por un insectologo, es decir un entomólogo aficionado que amaba las ideas postapocalípticas del austríaco y en ese estado de euforia se le ocurrió el estupendo tiro de llamarlo como dice en el párrafo de arriba… disculpen que no lo repita, ¡¿pero ya vieron cuántas letras tiene?!
Vamos, no culpemos a este chavo, debemos trasladarnos a esos tiempos y ver el resurgir de la inquebrantable Germania. Tampoco debemos señalarlo por los ímpetus cazadores de los colectores amantes de todo lo relacionado con el líder nacionalsocialista. ¡Ah! Por cierto, este aspirante a científico se llamaba Oskar Scheibel y era paisano del máximo líder. Por si se lo están preguntando, murió en 1953.
Volviendo a esa idolatría, ésta ha disminuido la población drásticamente de este chiquelo y eso que hay más de 50 tipos diferentes de parientes, pero por el bendito nombre no son tan apetecibles como el hitleri.
Otra fregadera, o diciéndolo elegantemente, hay otra ecuación en contra…
La Comisión Internacional de Nomenclatura (pa’ que vean que hay de todo en la viña del ‘ñor) no ve posible – o está en contra – de cambiar en un futuro próximo el nombre. ¿Las cuestiones? Ahí les van:
En enero de 2023, la Comisión Internacional de Nomenclatura aclaró en un artículo que los nombres de los taxones no deben cambiarse por motivos éticos, ya que esto pondría en riesgo la estabilidad de la nomenclatura y la comunicación científica. Se señala que la connotación negativa de los nombres es temporal y que, al establecer nuevos taxones, estos también podrían volverse ofensivos en el futuro, lo que obligaría a repetir el ciclo.
A favor:
Uno de los principales argumentos para solicitar el cambio de nombre de este insecto ciego es su propia preservación. Cambiar el nombre haría que los coleccionistas lo olvidaran y la población del artrópodo podría recuperarse. Los botánicos en contra del nombramiento también argumentan que la categorización científica de las especies no puede ser indiferente a la justicia social y la memoria histórica.
Ahora les compartimos la declaración de la Comisión para justificar su posición:
“Si bien la Comisión reconoce que algunos nombres científicos pueden causar incomodidad u ofensa a partes de la comunidad (como epónimos de dictadores o personajes históricos considerados por algunos como racistas), en compromiso con una sociedad estable y universal, la nomenclatura sigue siendo la prioridad. Está fuera del alcance de la Comisión evaluar la moralidad de las personas honradas con epónimos o el posible carácter ofensivo o inapropiado de ciertos nombres.”
Aun con ello, no descartan analizar el caso de este amiguito y por su supervivencia, cambiar el tan tironeado nombre y bautizarlo con otra denominación. Ojalá y se haga, no tenemos nada con la leyenda oscura del guía del Tercer Reich, porque eso está en el pasado y si tiene fieles – o alocados – fanáticos, no es cosa de un personaje que ya no está en este plano…
Con info de diferentes agencias de noticias… Las imágenes son tomadas para ilustrar el artículo más no son nuestras y no generamos ni un peso con ello, la neta, aunque es triste…