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Las arancelarias anécdotas presentan…

Glotones personajes de la vida irreal que no parecen reales… Pero sus acciones sí…

El vocalista antifa que se volvió fachobocazas

Érase una vez un reino de acantilados pálidos como fantasmas, tan blancos que un gallo, decepcionado de su actuar le llamo pérfido. En ese imperio invasionista – intervencionista – saqueadorista – imposicionista, que le da en la madre todo lo que visita en sus exploraciones, tal como yo, el autor, le estoy dando una verdadera putiza al idioma de Castilla; nació un werejo que parecía predestinado a ser un Robin Hood más. La diferencia de éste a otros que ya estaban ejerciendo, es que él aparentaba ser sincero en su primigenia etapa. Su espada es su lengua, y quien la blande es – porque sigue siendo – un cerebro sin restricciones. Pero los años pasan, el pensamiento feudalista te engulle y te transforma con un absorbente, salivante y cachondo beso. El príncipe de las mil vidas y el millón de caras no deja de ser atractivo… Sin importar que sexo o género seas; siempre te da una buena revolcada penetradora.

Elegido por decisión propia, no dejaba mancillarse en los días de la sucia inocencia, donde no hay momentos de sometimientos, puro fierro pariente. Elige la mejor de las profesiones, un juglar star. Encuentra a sus fieles escuderos. Los impregna de sus ideales, luchando contra los molinos gigantes. Desbarata la paz del reino. Insulta a la mano gobernante. Idea formas de salvoconductos para no ser apresados por el Sherif de Nottingham. Burla, en todos los pinches sentidos, la buena conducta imperante… asfixiante…

Hace de su cuerpo un laboratorio de pruebas para sustancias libertarias, provocativas y generadoras de disidentes ideas… O al menos eso pensábamos, los pistoleros sexuales nos tomaron el pelo. Todos y cada uno de ellos. Más el líder, la efigie de rebeldía, el vociferante de desafíos, de dientes podridos y naranja capillus. Pillo resulto ser, para sí mismo, para el pueblo bueno y sabio, para Dios mismo si es que existiera. Los experimentales fármacos no le hicieron efecto como al Rogelio flautista del cerdo rosado. Su capitalista, conservadora y puritana alma estaba agazapada en el interior de ese flacucho cuerpo, lista pa’ saltar y arrebatar el control, y volverse un anticristo más de la logia de la MAGA.

Hoy, los que hemos recorrido, casi codo a codo, de sus hostigantes poemas, creyendo en la letanía de la emancipación sistemática, decepcionados estamos por perder a un súcubo que lo veíamos cercano… humano.

Juanito gritaba que dios no existía, pero ha hecho de otro wero, el arrendador actual de su casa, uno más grande que el judeocristiano. ¿Dónde están las bolas que iban a ensanchar la puerta de emergencia? ¿Dónde están las verdades ofensivas a Chabelita, la segunda? ¿Fue pantomima? ¿Fraude intelectual? ¿O simple miedo?

Ahora tenemos una persona más desaliñada del alma que de la apariencia, porque eso es, y fue, apariencia, un desgarbado a sueldo. No queríamos un mártir, un mesías, pero si un rebelde sin causa que reventará un poco más la costumbre. Pero ya no existe ese hombre, sólo la caricatura de lo que pudo ser. Un Lydon que naufragó en medio de tormentas personales que lo llevaron a traicionarse a sí mismo. Y esa, queridos lectores, es la peor de las traiciones. Ya no hay retorno, ya no hay espacio, ni siquiera existe princesa o duque que lo salve.

Cabalga pues, sin esos bazucos y speeds llenos de puertas falsas, pero más verdaderas que tus creencias derechistas. Y no, no somos chairos, zurdos… menos fachos, pero cabrón, pensábamos que el desmadre caótico iba a continuar, y abrir un boquete en la celda colectiva que habitamos, como meros espectadores de una eterna pelea que es más sangrienta que la desobediencia angelical que produjo el primer grandilocuente, fastuoso y hermoso pandemónium…

Juan, ve a la guerra que el patrón clama; derrota a las fuerzas de la maldad, levantando tu rifle y dispara a mansalva. Los vitores y clamores están esperando en la quinta avenida. Pero antes de que llegues al homenaje, tira el traje punk antisistema pa’ lucir mejor en las fotos de los Getty, de los Eastman, de los Nationals, de las rancias sociedades de exploración.

Erase una vez un intento de disidente que ya no volverá ni como el Public Image Ltd, esas fantasías quedan atrás del discurso y sombra del hombre de la gorra roja, jajajaja, vaya ironía antimaccartiana… Invidente Zurdo escribió esta oda al intento litaral

Creado por Invidente Zurdo