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7 escritores que se mataron con un tiro

La profesión de ser escritor es complicada, tortuosa y maldita. Al menos así se puede apreciar con muchos de ellos, hay otros, que, dependiendo del estilo que mejor manejen, llevan vidas apacibles en la medida que cabe.

Este artístico oficio es una gloria cuando las ideas fluyen y se tiene la habilidad y talento para ordenarlas en una página, física o virtual, para crear una historia larga o corta, así como versos, rimas, ensayos o el simplemente hecho de realizar una tarea o ensayo escolar.

Pero cuando se da el bloqueo por falta de inspiración, como comúnmente se dice, se da un hecho que da muchos quebraderos de cabeza y empuja a momentos de desesperación y angustia. Eso no significa que los orille a quitarse la vida, al menos no a la mayoría de quienes han decidido tomar esa salida.

La genialidad, dicen popularmente, está a un paso de la locura, aunque no es suficiente para determinar si me suicido o no, al menos eso lo podemos ver con miles de artistas que han muerto de manera natural y sin tantas menciones de problemas mentales, físicos – al menos los que no son ocasionados por la vejez -, o económicos. Lo anterior no dice que todos hayan gozado de bonanza financiera, pero, quizás, se resignaron en llevar una vida sencilla y humilde. Es más, un claro ejemplo de renuncia de privilegios fue Leon Tolstoi, quien en sus últimos años vivió como campesino.

Muchos han sido los motivos que han provocado que estos increíbles escritores tomen la puerta falsa y extingan sus destinos trágicamente, y por irónico parezca, acrecientan su fama, y, en consecuencia, su leyenda.

A continuación, le daremos unos claros ejemplos de estos genios, quienes pasaron al otro lado, pero destacan, por así decirlo, utilizar un arma para llevar a cabo sus fines, literalmente.

Sándor Márai, 1900 – 1989 (Kassa, Hungría – San Francisco, E. U.). La soledad fue, aparentemente, la razón para quitarse la vida con un arma de fuego. En un lapso de un año y medio fallecieron sus hermanos, esposa e hijo, sumando que estaba en una ciudad ajena a sus costumbres, abonó para determinar su fatalidad.

Algunas de sus obras, Confesiones de un burgués, La mujer justa, El último encuentro, Füves Könyv, entre otras.

Ernest Hemingway, 1899 – 1961 (USA). Hay dos versiones para que suicidara, la más usual, es la depresión que estaba aumentando por sus problemas de salud, entre ellos el daño al hígado por su exceso en la bebida y arteriosclerosis. La otra es la de paranoia que estaba sufriendo por sentirse vigilado por el FBI, incluso, se dice, como leyenda urbana, que sí tuvieron algo que ver con su fallecimiento. En 1980 se desclasificaron unos archivos del Buró, donde, efectivamente, hubo un seguimiento al escritor. Sólo que no mostraron todo el informe completo y por ello persisten las dudas.

Como haya sido, en julio de 1961, se disparó con una escopeta y se voló la tapa del cerebro. Libros recomendados: El viejo y el mar, Por quién doblan las campanas, El jardín del Edén, Islas en el arroyo y otros más.

Jacques Rigaut, 1898 – 1929 (Francia). Poeta dadaísta que baso toda su vida, así como su obra, en la muerte y el suicidio. Todo su trabajo y esfuerzo tuvo como resultado su ansiada muerte, la cual no fue improvisada, hasta lo planeo, en toda su expresión. Uso una regla para darse el disparo justo en el corazón y no fallar.

Poemas destacados: Agence Générale du Suicide, ¡Et puis merde!, Papiers posthumes y Lord Patchogue.

Mariano José de Larra, 1809 – 1837 (España). Periodista, político y escritor español. Al ser un activo político liberal, sus escritos, que sentaron las bases de la práctica del ensayo en castellano, le causaron muchos dolores de cabeza, obviamente, entre sus adversarios ultraconservadores que hicieron todo lo posible para desprestigiarlo y deshonrarlo. Cosa que lograron para mala suerte para él y la literatura universal, ya que, a los 27 años decidió quitarse la vida con un disparo en la sien.

Obras destacadas: Macías, El doncel de Don Enrique el Doliente, El Conde Fernán González y la exención de Castilla, y más de 200 ensayos.

Jan Potocki, 1761 – 1815 (Polonia). Un verdadero del Renacimiento, ya que no sólo fue novelista, también destaco en las ciencias, historia y como capitán del ejército polaco. Un noble que estudió y recorrió buena parte de Europa, algo que le valió muchos conocimientos para sus escritos, pero, desafortunadamente, también le atribuyeron melancolía. Eso no hizo más que aumentar sus desordenes mentales, entre ellos, licantropía clínica severa. Esa alteración cerebral lo llevo a creer que se estaba volviendo un hombre lobo, por lo que, para no hacer daño a sus congéneres, decide dispararse a sí mismo. 54 años tenía en el momento de partir.

Obras a leer: Histoire Primitive des Peuples de la Russie avec une Exposition complete de Toutes les Nations, locales, nationales et traditionelles, necessaires a l’intelligence du quatrieme livre d’Herodote, Voyage dans les steppes d’Astrakhan et du Caucase. Voyage en Turquie et en Egypte Voyage dans l’Empire de Maroc  y más.

Felipe Trigo, 1864 – 1916 (España). Un escritor que navego por dos de las ideologías más populares de la historia, marxismo y capitalismo, no inició su trayectoria en las letras por una convicción política o de nacimiento. Antes de desarrollar su talento en las novelas, fue médico, profesión que lo llevo a recorrer, primero, España; y después, ya enlistado en el ejército, parte del mundo. Un suicida en ciernes que ya había sobrevivido a un ataque de furibundos rebeldes filipinos. Sólo 7 machetazos le asestaron. La sombra de la locura permeaba desde hace unos años, lo que, al parecer, en 1911, ya había tratado de matarse. No fue hasta 1916 que se dio un tiro, dejando una carta donde sugería una enfermedad incurable.

Notables obras: Cuentos ingenuos, Las posadas del amor, Además del frac, El médico rural y muchas más.

Vladimir Maiakovski, 1893 – 1930 (Rusia). Un poeta que pintaba y que logro imponer el futurismo. Firme defensor de la Revolución Bolchevique, destacaba por su gran pasión a la mencionada corriente, la cual instauro en su natal Rusia con un notable manifiesto, que fue escrito a varias manos y que lleva un fantástico título: La bofetada al gusto del público. Enamorado de dos hermosas musas, a las que les dedicó románticos poemas, pero eso no le impidió ser una especie de embajador cultural y propagandístico del pensamiento ruso – socialista, que lo trajo a nuestro país en los 20’s. Aparentemente, su espíritu libre y artístico lo llevo a tomar la decisión de pegarse un disparo directo al corazón – irónica y bella metáfora a su trabajo.

¿Obras chingonas? Busca estas: La rebelión de los objetos, Hombre, Misterio bufo, ¡Bien!, La chinche y más hermosas letras.

Siete genios que sabían frotar la lámpara, invocando a la musa Calíope para poder sumergirse en el difícil trance de la elocuencia textual. Sus ardores fueron más allá de la imaginación, trasladando el dolor de su existencia a sus cuerpos; tomando la determinación de irse antes de que el cuerpo reclamara su merecido descanso.

Si algunos de ustedes, amados y selectos lectores, tiene una inquietud parecida, hablando propiamente del suicidio, busquen ayuda. Sabemos que el mundo es una gran cloaca, pero vale la pena darle una oportunidad. Hay varias formas de contactar para apoyo emocional:

Línea de la vida 800 911 2000

Chat de Confianza 55 5533-5533 CDMX

Psicólogos sin fronteras 55 4738 8448

Instituto Nacional de Psiquiatría 55 4160 3282

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Creado por Invidente Zurdo