- Un niño proclama su existencia y grita:
- ¡Hay un cocodrilo! –
No hay cocodrilo en absoluto…
Este genial artista, proveniente de Mozambique ha dedicado su vida a realizar increíbles piezas de arte y Puebla ya tuvo oportunidad de apreciarlas. Fue en el 2016 que recorrimos sus tallas en madera, lo que nos hizo apreciar su extraordinaria técnica y su particular visión sobre el cosmos que lo rodea. D’ Los Galería fue la bella sede de su exposición temporal, donde tuvimos la oportunidad de realizarle una entrevista.
Pero lo que ahora nos atañe, es mostrar su biografía y las excelentes reseñas que de Simões Ferreira se han escrito. Así como toda buena historia tiene su inicio, lo mismo sucede con este gran ser humano. Vayamos pues, al principio…
Carlos Simões Ferreira nació en 1959. Cuando ya tenía la edad suficiente tomó el curso promedio de electrónica en el Instituto Industrial de Maputo. Luego fue asistente técnico del Ministerio de Información de la Industria Gráfica en el período de 1981 / 87.
Se enamoró de la escultura a través de contactos con el maestro Chissano y las exposiciones en la Galería del Paraíso Africano. Fue un Artista autodidacta, dando comienzo a su carrera artística en el año de 1977.
En 1987 comenzó a dedicarse exclusivamente al arte de esculpir. Participó en varias exposiciones colectivas dentro y fuera del país, con trayectos por Sudáfrica, Angola, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Portugal y España.
Sus obras, en Mozambique están representadas en el Museo Nacional de Arte, así como en colecciones privadas y en instituciones públicas y privadas. Ha sido miembro efectivo del Núcleo Artístico desde 1987, al igual fue integrante ejecutivo de la Dirección de dicho Núcleo Artístico desde 2005 hasta 2007.
Desde entonces ha seguido creando piezas maravillosas que siguen recorriendo el mundo, principalmente en Europa. Sus pasos lo han encaminado en varios países, donde los críticos han exaltado su maestría y particular manera de manejar los elementos que le apasionan. En todos ellos deja parte de su vida.
Ahora veamos lo que dicen estos expertos y amigos a la vez. Cada uno de ellos lo hace con gran cariño…
“Ambos soplan la llovizna del miércoles: el día parece aburrido, el cielo es demasiado azul, hay nubes blancas. El escriba había pasado por el tumulto de Xiquelene, el reiterado dumba-nengue de la plaza decapitada de los combatientes y acababa de llegar a las mahotas en la línea fronteriza con el distrito ferroviario, para visitar al escultor de la inseparable boina. Ya estaba al otro lado de la valla, un seto de bugambilias.
Afuera, los murmullos y las voces de mufanas preñadas de vida. Esa conversación parecía exagerada. Más allá del camino, de arena gris, la línea de ferrocarril pasaba por allí. ¿De qué cocodrilos hablarían estos niños?
El mundo está lleno de metáforas, pensó el escriba cuando comenzó el regreso del escultor a casa. Las piezas estaban en exhibición en el patio, algunas otras dentro de la casa sin terminar. Es poco probable que ese escenario, esa tarde de revelación, me parezca un estruendo de las manos también esculpidas con sandalias.
El paisaje es verde, en él, está el árbol de la felicidad. La mafurreira (un árbol típico del sur de Mozambique), el limonero, el jambaloeiro, el peral-aguacate, el cocotero. Un hermoso cactus florece en el centro del terreno, por delante de la bugambilia en flor que se eleva en forma de jirafa. Alrededor, las esculturas. Algunos de los títulos: la cuna de la criatura, el lóbulo de Helhice, la pasión de una bruja, una lechuza mágica, un desfile.
El hombre de la boina es un soñador. Eligió 20 trabajos que desarrolló en los últimos años. Escultura a veces interrumpida por la militancia en el Centro de Arte. Hay mucho tiempo que no hace a un individuo.
Mire a sus hermosas mujeres moras que lo acosan con el miedo a los labios en la sofisticación de nuestras damas. Señala el peligro del bastón en desventaja para Theulala, que también embellece nuestras mutianas. Y esculpirlos como los que los aman.
El escriba toma nota diligentemente de los títulos, pero especialmente se toma el tiempo para analizar aspectos: la sandalia de Matutuine. Y piensa: “es en estos lugares perdidos del mundo donde se reinventa la esperanza, todos los días, estos hombres, como esa mirada ardiente, piel quemada, con una boina incorruptible, no se rinden. esta es la gran área de la mozambicanidad (alusión al gentilicio de Mozambique).
Probablemente, en esta exposición sobre sueños. o incluso, quimeras. No importa. Simões es un hombre obstinado. Trae consigo los duendes de marracuene, los recuerdos activos como Helhice, los búhos. y mira, cinta. preocupaciones. interroga. quizás también inventó cocodrilos como los amotinados que desaparecieron.
O sumérgete en este murmullo de los suburbios ocupados de la ciudad. no sé. Solo te digo: soy un conocedor incompetente de estas cosas, pero realmente me gusta el trabajo de este viejo amigo».
Nelson Saúte. Ka-mpfumo, 18 de septiembre de 2007
Una mirada futura…
El aspecto, la expresión y el talento de Simões presenta un desafío nuevo hoy. Se calzó la sandalia y, aquí están sus elegantes figuras, presentando nuevas texturas en forma de escamas y en líneas horizontales.
La fuerte vida diaria y actualizada se retrata de una manera sabia en las obras en las que hizo una oda al origen del hombre y la vida como «la vieja criatura» y la «jerarquía racional».
El mensaje constante de la racionalidad humana frente a la convivencia selectiva con el mundo animal es evidente en estos trabajos. «El signo» con su nueva disposición en líneas paralelas y armoniosas infunde un movimiento diferente en su estilo. La mujer se suelta, abre los brazos y levanta la cara.
El tema entre el campo y la ciudad se puede ver en la vida cotidiana. Este talentoso artista marracueno ve y analiza la ciudad y el mundo, las creencias y transformaciones de la humanidad, en una atmósfera armoniosa. Aquí llega a las soluciones y no presenta problemas, por favor danos la receta para avanzar firmemente hacia el mañana.
Si alguna vez cuestionó y planteó inquietudes, hoy está más abierto con temas sugerentes, actuales y positivos ante los cambios sociales, sin descuidar, sin embargo, las lecciones del pasado como en los tiempos que ya están yendo.
Julieta Massimbe. Maputo, 19 de septiembre del 2007
Es así como se describe al hombre renacido en sus esculturas. Un hombre que cambió un trabajo por una pasión y está logrando vivir en ellas… y para ellas.
Para saber más de este genial artista chequen su fan page en Facebook: https://www.facebook.com/simoes.ferreira.75?epa=SEARCH_BOX