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Los huérfanos de la Segunda Guerra Mundial

Buscando y rebuscando en la gigantesca red se puede encontrar miles de artículos sobre esos niños que quedaron sin un padre – principalmente- o madre. La intensidad y fragor de las batallas fueron devastadores, sin contemplaciones sobre cada frente, que, en muchos de los casos, fueron las ciudades que recibían toneladas de metralla.

Las mareas de sangre corrían sin cesar, Stalingrado es el más claro ejemplo: 2 millones de victimas en esa zona, el mayor número de muertos en toda la historia de la humanidad; y sólo fue una metrópoli.

Los bandos, a pesar de lo que ellos mismos argumentan, no respetaban del todo a los civiles; obviamente, los nazis se llevaban las palmas en esos casos. Fue así, que, desde su inicio, poblaciones enteras eran barridas con las incursiones de los aviones, la poderosa Luftwaffe, abriendo paso a otro poderoso brazo militar, los panzers, o tanques blindados para mejor ubicación.

En esas poderosas incursiones, era cuando arrasaban con los ciudadanos de los países invadidos y con ello, la separación de familias. Y no era un alejamiento meramente simbólico, los adultos eran hechos prisioneros o asesinados a sangre fría por las tropas de ocupación, para así mermar, así como contener, los deseos de resistencia y contraataque. No había piedad ni condescendencia para género o edad, los esclavizaban para trabajos forzados o eliminados si no les resultaban útiles para lo mismo.

Es ahí, cuando el drama de los infantes se vuelve una triste y espantosa realidad. Una historia que parece no tener final y que, oficialmente, no hay números exactos de cuántos niños quedaron huérfanos. Hay muchos datos, pero no son tan exactos, ya que muchos de esos infantes, partieron a otros países, ya sea de manera forzada o escapando, como en el caso de los chicos polacos que llegaron a nuestro país, México.

En otro caso, los norteamericanos estimaron unos 18 mil niños que se quedaron totalmente solos. De los alemanes ni que decir, sólo esos niños que se desplazaron a los territorios ocupados por los nazis y que después fueron abandonados por el ejército germano, quedaron regados y olvidados por miles. Ejemplo, en lo que ahora es Lituania, quedaron 25 mil chamacos.

En el propio territorio alemán, se cuentan miles de historias de niños que huyeron a las afueras de las ciudades y otro tanto, se refugiaban en insólitos lugares como en estatuas. Así pasó con una niña de 8 años, que estaba viviendo por días en una de ellas y los soldados aliados tardaron en convencerla para que saliera.

Una verdadera desgracia que dejo millones de muertos, y no podemos dejar de mencionar sobre los niños judíos y los rusos, que se cuentan por decenas de millares, tanto occisos como huérfanos. Una tragedia de grandes proporciones que dejo un trauma en la sociedad que ha ido creando otras confrontaciones que imitan el accionar de esos años 40’s del siglo XX.

Y que decir de lo que vivimos en México, con la guerra fratricida ocasionada con el enfrentamiento contra el llamado crimen organizado, donde miles de desaparecidos por diferentes, y horrorosos, delitos, así como las familias fracturadas y desplazadas…

Escrito por Invidente Zurdo

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