Machado fue, y es, un poeta inmortal, base del modernismo y el más joven de la generación del ’98. Su obra es fundamental y universal, pero, sobre todo, hermosa en todos los sentidos, llena de claroscuros que estalla las crisálidas de las emociones que nos amortajan.
Su influencia sigue vigente más que nunca, pero en su época, sus pares lo admiraban y creaban loas a su escrito y persona. Tal como lo hizo otro titán de la literatura como lo es Rubén Darío, y eso es lo que presentaremos a continuación:
Oración por Antonio Machado
Misterioso y silencioso
iba una vez y otra vez.
Su mirada era tan profunda
que apenas se podía ver.
Cuando hablaba tenía un dejo
de timidez y de altivez.
Y la luz de sus pensamientos
casi siempre se veía arder.
Era luminoso y profundo
cómo era hombre de buena fe.
Fuera pastor de mil leones
y de cordero a la vez.
Conduciría tempestades
o traería un panal de miel.
Las maravillas de la vida
Y del amor y del placer,
cantaba en versos profundos
cuyo secreto era de él.
Montado en un raro Pegaso,
un día al imposible fue.
Ruego por Antonio a mis dioses,
ellos le salven siempre. Amén
Rubén Darío
No es necesario agregar más palabras, sólo amén por el maestro ido y bendecido por esos volubles dioses…