in

Iván Semiónovich Kozlovski, el gran tenor soviético

Porque es necesario ampliar horizontes culturales y saber que no todo se hace en occidente…

Este gigante de la ópera nació y se mantuvo en el yugo de los rusos, primero en el imperio y después en la era soviética. En realidad, nació en Ucrania, en el poblado de Marianivka, justo en el nacimiento del siglo XX, por lo que fue testigo de la gran Revolución Bolchevique de Octubre.

Se puede decir que fue un cantante con estigma de maldito y no por tener o provocar tragedias, sino porque era el tenor favorito de Iósif Stalin, o al menos eso se decía. En esos cotilleos de chisme, establecía que ganaba más espacio que otros.

Iván S. Kozlovski, imagen tomada de internet…

Desde infante mostró sus cualidades y talentos musicales, por lo que curso sus estudios en Kiev, teniendo un breve receso por la mencionada revolución, lo que ocasionó que cantara en bandas militares.

El debut le vino pronto, interpretando el papel de Fausto en Poltava, teniendo una maravillosa actuación, recibiendo las mejores criticas de expertos y el público en general, logrando que mantuviera el protagónico por tres años. No tardaron mucho en apreciar su talento, por lo que tres años después logra estrenarse en el famoso Teatro Bolshói.

Imagen tomada de internet…

Allí empezaría la gran rivalidad con otro magnifico tenor, Serguéi Lémeshev, la cual duró hasta 1956, lo que nutriría una bella época para el bel canto. Podemos agregar que, a ambos cantantes se les honro con la distinción de que sus nombres fueran puestos a unos asteroides. El de Kozlovski es el 4944 y tuvo tal bautizo hasta 1987, casi 10 años después de que Serguéi recibiera el suyo.

Su carrera e ingenio lo hizo apropiarse de las óperas con más fama, teniendo los personajes principales en obras como en Eugenio Oneguin, Boris Gudinov, Berendéy, Werther, Rigoletto, La traviata, La boheme, Orfeo y otras más. Tal inteligencia lo impulso a fundar su propia compañía, donde no solo actuaba o producía, también se dirigía.

Por eso, el Politburó decide darle uno de los nombramientos más emblemáticos y queridos por los ciudadanos de la extinta Unión Soviética: Artista del Pueblo. Una gran responsabilidad se le confirió y era tal el recelo de las autoridades de retenerlo y no perderlo como a otras luminarias del arte ruso, caso Nureyev, que nunca lo dejaron salir del territorio comunista.

Imagen tomada de internet…

A pesar de lo último, Kozlovski traspasó fronteras y en el lado occidental de Europa se le admiraba, trataban de conseguir sus grabaciones o de tener un archivo audiovisual para disfrutar de la potente y cálida voz que poseía.

Iván era y es un gigante que no se le ha dado su justo lugar, por ser parte de un régimen cerrado y totalitario, lo que le restaba difusión y promoción entre los grandes escenarios europeos y del mundo en general. Por esa da su último concierto en 1989 y fallece pocos años después, 1993, a los 93 años. Sepultado en el cementerio Novodévichi con todo el reconocimiento que se merecía.

Les dejamos un vídeo donde pueden ver la bella interpretación de este maestro y estrella del bel canto…

Creado por Invidente Zurdo