Después de un ciclo más llegamos a un aniversario que refleja la belleza de esta joya, una obra maestra por antonomasia que reivindica el amor por el arte, aunque éste se esfuerza por ser más complejo, incomprensible por mandato propio y egocéntrico. No propio para las ingentes masas que pululan y merodean esta gran piedra solar.
Discos, o en este caso box set, nos devuelven un poco de fe para con el pensamiento humano y todas las aristas que conllevan en una conducta que no deja de ser animal rítmico, monótono, pero rítmico al fin.
Y de eso trata esta grandiosa y grandilocuente caja de color negra, elegante recipiente para hermosas y melancólicas melodías que inspeccionan y diseccionan – cosa que todavía siguen haciendo – la mente humana, sus preocupaciones, ansiedades, demencias, miedos y correas morales.
La conmemoración de los 50 años del lanzamiento de tan espectacular y único acetato se hace con humildad y pleitesía, resguardando cd´s, lp´s y demás memorabilia que resaltan la importancia del Dark Side of the Moon para con la cultura moderna, la contemporánea y en algunos aspectos, para la sociedad que sigue viéndose en un espejo. Reflejos distorsionados que muestran eso que según existe y llamamos alma.
Por eso es necesario colocar el box set conmemorativo en un nicho de museo, galería o un Partenón que lo glorifique más. ¿Exagerado? Jamás, porque en una ironía de un destino que ya todos vemos, pero nos negamos a aceptar, el sistema lo incrustó en su ADN y lo volvió un referente – y recordatorio – de que toda sublevación puede ser combatida y aplastada, y en mejor de los casos para los rebeldes, absorbida la lucha y remodelada para volverlo un icono pop, llenándolo de homenajes hasta con una fecha especial de celebración.
¿Pero saben una cosa? Me vale madres, aunque el disco de Pink Floyd se haya vuelto un emblema de la música y no siga teniendo esos rastros de contracultura que lo hicieron un icono para varias generaciones, y lo sigue siendo para aquellos chavales que lo descubren por si mismos y deciden romper, a su manera, a los tiempos que corren, las reglas que los sucumben, reprimen y encadenan al siempre camaleónico sistema que somete y borra la sonrisa al final del día que llegas a casa y comprendes que tú vida te lleva al vacío existencial multiplicado por millones alrededor de la Tierra. Lo sarcástico del asunto es que, en ese preciso momento de derrota y depresión, entiendes, abrazas y te sumerges a la magistral interpretación de esa vida misma del Dark Side of the Moon.
Terminamos animándolos a que se hagan de una de esas cajas que encierra este disco y gocen con sus 50 años – 51 en realidad -, gocen con su edición, con el chingón material que ha sido cuidadosamente planeado y entregado para el disfrute de todos los qua amamos a una de las bandas más importante de la historia de la cuasi longeva humanidad…
Esperamos que con las fotos que añadiremos del ejemplar que tuvimos la fortuna de conseguir, puedan terminar de convencerse de tener esta belleza de lujuria…
Sin más que agregar, El Invidente Zurdo reporta extasiado este gran diamante loco… BRILLA, por favor BRILLA…