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De vuelta a las tocadas con José Luis Galindo Tornell

Hay ciclos que se repiten, algunos para cerrar una época y otros son necesarios para revalidar el esfuerzo y talento de artistas que luchan día a día para dar a conocer su arte – sin albur jijos de suchi – y obtener el reconocimiento que se merecen. En ese recorrido hay que regresar a las raíces, a los sacrosantos lugares que siempre han tenido sus puertas abiertas a todos esos artistas que empiezan su vida profesional en estos rubros.

Volver al barrio no es fácil, pero tampoco significa un regreso tortuoso, la mayoría de las veces trae una avalancha de recuerdos y buenos momentos con los amigos y la familia, sobre crecer y madurar en medio de limitaciones económicas, o quizás no, pero abundante en risas y experiencias nuevas. Y en el maestro José Luis Galindo Tornell, esas aventuras de juventud se transformaron en extraordinarias canciones que son desahogos e himnos a la vivencia, con sus tragos dulces o amargos.

Esa vuelta a la calle también es un «volado», nunca sabes si lograrás convocar a tus fieles parroquianos, o tendrás que liar con otros eventos programados en la misma ciudad, peor aún, con el panbol decepcionante de la mal llamada selección mexicana. Pa’ ese tipo de selecciones deportivas humanas, prefiero irme a involucionar al fondo de una botella…

Pero esos contrincantes no fueron lo suficientemente agresivos para tirar la férrea voluntad de este ingenioso cantautor y llegó con toda la buena actitud a desafiar los inconvenientes que se le pusieron un sábado por la noche. No hubo incomodidad en su caracter al ver a los asistentes de ese confortable e íntimo bar, la tercera transmutación que he conocido de la Fuga de don Porfirio sea dicho de paso, estaban iniciando la fiesta y muy emocionados viendo la pantalla el dichoso panbol.

Galindo Tornell es paciencia y combativo a la vez, ya que terminando ese terrible partido, inció la bohemia rockera, la catarsis de emociones que fueron bien conducidas a través de la guitarra y su genial acompañante, amigo y compañero de aula, un chingón percusionista.

Ahí estuvimos, atestiguando la rebeldía de un hombre que no ceja en el intento y sigue vociferando por libertad creativa para todos los seres de este planeta, aunque al final sólo tratemos de llevar agua para nuestro molino sin mirar a nadie más que nuestro propio reflejo en el espejo…

Sigan a José Luis Galindo Tornell en todas sus redes como facebook.com/joseluis.galindotornell o @https://www.youtube.com/@joseluisgalindo3561

Y para terminar, en diciembre tendremos unos discos del maestro para regalar a nuestros dos o tres lectores…

Creado por Invidente Zurdo