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La Química celeste llegó al Museo Amparo: Glenda León

La química de las cosas está presente todo el tiempo, con esta sentencia pueril, nos dejamos llevar por la ceguera de estos componentes y no comprendemos – por que no nos importa – el funcionamiento de la vida misma, y en esa invisibilidad, dejamos que esta química se altere y deforme los simples conceptos de paz.

La obra de Glenda León (La Habana, 1976), combina exploración científica y observación empírica, racionalidad y espiritualidad, e intenta desafiar nuestras percepciones del mundo, en ocasiones haciendo visibles las leyes de la naturaleza y en otras enfatizando el acto de la escucha como un paso necesario para continuar creciendo en nuestro proceso evolutivo. De ahí que su trabajo presente un cambio de enfoque de la realidad y del tiempo, y hable de búsquedas sensoriales y visiones místicas en las que ha ocurrido una total desintegración del yo. La muestra retoma estos temas a través de 26 obras en diferentes medios como instalación, escultura, video, dibujo y pintura.

En sus inicios en la década del 2000, Glenda León se caracterizó por su lenguaje minimalista y el empleo de materiales desechados como chicles, jabones usados o su propio cabello. Siguiendo esa inclinación, en la serie Estrellas masticadas, la artista traza líneas sobre fotografías de chicles y otros desechos arrojados a las aceras, transformándolos en constelaciones. En 2020, durante el confinamiento a causa de la pandemia por COVID-19, León volvió a emplear su cabello como material plástico, creando reflexiones visuales sobre entes abstractos o metafísicos.

Química celeste es la primera muestra individual de Glenda León en México, presentada a través de la mirada curatorial de Diana Cuéllar Ledesma. Cuéllar menciona que, históricamente, el vuelo y el ascenso han sido metáforas recurrentes en la simbolización de la espiritualidad humana, cuya ruptura con el orden terrestre, mundano, acusa un anhelo profundo de trascendencia y libertad. León se adentra en lo espiritual como búsqueda interior, pero un acercamiento situado hacia su obra también permite advertir una sublimación frente al autoritarismo y la precariedad a los que se ha visto sometida la vida en la historia reciente de Cuba.

Como parte de las obras, los visitantes podrán encontrar Escuchando la lluvia (Puebla), una instalación realizada específicamente para el Vestíbulo del Museo Amparo: una gran estructura de vidrio soplado a manera de una gota de lluvia en suspensión. Gracias al desarrollo tecnológico y al estudio de los microsonidos (partículas sonoras cuya duración es inferior a una décima de segundo), hoy es posible aislar el ruido que genera una gota de lluvia al caer sobre un cuerpo de agua. Obtenida mediante un programa informático, la silueta de ese sonido, por siglos imperceptible para el oído humano, se presenta aquí como homenaje al territorio lacustre del Valle de México.

La exposición podrá visitarse en las Salas de Exposiciones Temporales del Museo Amparo del 21 de octubre de 2023 al 5 de febrero de 2024. Estará acompañada de un programa público con conferencias y otras actividades. Invitamos a los visitantes a seguir nuestras Redes sociales para más información.

Ahí tienen mis estimados ocios@s, vayan a esta hermosa exposición de una grandiosa artista que es reconocida mundialmente por obras tan significativas y propositivas…

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Escrito por Invidente Zurdo

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