in

Vislumbres de la Bóveda

Por fin, el prestigioso, pero muy accesible, Museo Amparo ha abierto sus puertas y todos podemos pasar con esa invitación expresa a hurgar en sus secretos escondidos. Pero no se emocionen, ha sacado a la luz un buen número de piezas precolombinas, de esas que se mantienen a resguardo en sus bodegas, donde son cuidadas, analizadas y estudiadas.

Bajo la curadoría del doctor Pablo Escalante Gonzalbo, el Museo Amparo ha decidido presentar su bóveda, para crear una sensibilización del público y dar entender que esa sala es muy importante en las funciones y vida de cualquier museo que se precie de serlo.

El espectador, al apreciar las piezas que están montadas en las salas provisionales del museo, se dará cuenta del extraordinario estado con el que cuentan. Y como dice el Museo Amparo:

“La variedad de los tipos cerámicos, de las formas y estilos, la originalidad y fuerza expresiva de las piezas constituyen el hilo conductor de esta muestra.”

Y como se mencionó en la rueda de prensa, esta exposición quiere y debe ser vista, así como tratada, desde otra perspectiva, no sólo ser un recorrido histórico o antropológico, sino gozar con todas las obras con familiaridad, sin que nos importe de que período o estilo es, tal cual sucede con las obras de los grandes artistas (Miguel Ángel, Bernini, Tamayo, Rivera, etc.).

Pero también estamos conscientes de que cada hechura, cada material, nos cuentan varias historias: jerarquías sociales y políticas, adelantos tecnológicos de la época, así como su cosmovisión y en un primer término, la belleza de la pieza misma. Artefactos que para sus creadores pudieran ser objetos de uso común o posiblemente de ornato, pero con el paso del tiempo, han ido obteniendo un gran significado para nosotros y no sólo en un aspecto lúdico, también es parte de la herencia que nos identifica y valida como una nación llena de tradiciones, valores sociales e históricos.

En toda la colección que se muestra,  que comprende un pequeño universo de un total de 1702, tienen diferentes formas, ya las hay las típicas como vasijas, vasos, dijes o aquellas que tienen figuras humanas, de animales o una impresionante mezcla de ambas.

La Bóveda.

Es un espacio donde se hallan 1201 piezas, en dicho lugar cada una de ellas tiene la protección necesaria, con base a control de humedad y temperatura. Permanecen en estanterías hechas ex profeso para ello.

Al contrario de lo que se piense, este es un sitio lleno de actividad, hay expertos que las estudian, las limpian, restauran y mejoran sus condiciones de apoyo y resguardo. Además que dichas piezas viajan a las vitrinas del Museo mismo o salen fuera de las instalaciones, para integrar otras exposiciones de igual belleza y envergadura.

Ya saben que siempre los animamos para que vayan y disfruten de las 106 obras que ahora conforman las salas temporales, que para beneplácito de todos nosotros, están junto a la colección permanente del México Antiguo…

Escrito por Invidente Zurdo

Toujours desde francia llega a Puebla

Firma de convenio entre UNARTE y Frontera Libre