La feria de las carnitas es un esfuerzo que las autoridades de este nuevo Pueblo Mágico están haciendo para reafirmar ese nombramiento y dar, a sus habitantes, nuevas distracciones y fuentes de trabajo, así como tratar de incrementar sus ingresos, lo cual, es muy loable.
Dejando de lado el discurso político, nos lanzamos a este cercano municipio de la Angelópolis y pa’ no ser gachos debemos advertir que la ruta que tomamos para llegar, Periférico – Cholula – Zacatepec, tiene sus escollos, como un tráfico de la shit, calles en mal estado, principalmente pasando San Peter Cholula. Además, por allí hay muchos tráileres que hacen muchas maniobras ocupando ambos sentidos de la carretera.
Pero pasando ese trayecto, la entrada a Huejo es relajada y accesible sin pierde para llegar al zócalo, sede de esta carnosa feria. Pero, aquí hay otra mini advertencia, como todo Pueblo Mágico, hay pocos espacios para estacionarse por la zona. Nosotros tuvimos suerte y hallamos lugar a un costado del parque, por lo mismo, no buscamos estacionamientos cercanos y no los podemos asesorar con ello, sorry, somos un poco displicentes con la reporteada.
Anyway, llegamos cuando el festival se estaba poniendo en su apogeo, y descubrir el área designada para este festejo es fácil ya que hay un manteado blanco fácil de divisar – sacamos las domingueras para deleite de los ocios@s – así que no hay manera de perderse.
El ambiente que vivimos es de fiesta como sólo los huejotzingas – así es el gentilicio, googléenlo por si las flies – saben, ya que al fondo de la expo pusieron un escenario donde diferentes artistas subían a entretener y deleitar a los comensales, que, dicho sea de paso, ya había un buen de parroquianos disfrutando los tacos, cemas o como fuera que se los estaban entambando.
No sólo había de nana, cueros y maciza también había postres como pastelillos, helados y paletas, añadas quesos, aguacates, cemitas por si solas, y no podía faltar el chupe, que en esa ciudad hay una buena variedad porque es una de las sedes de la sidra mexicana y éstas están de rechupete. ¡Ah! El buen mezcal no podía ausentarse de esta copiosa celebración, ideal para el desempance.
Fue un verdadero placer ver como estos maestros del cazo batían las porciones porcinas para luego machetear y elaborar los ansiados tacos o cemas, que no desparecían en las fauces de quienes estábamos ahí. Y de todo ello había más que suficientes, como unos treinta expositores de las carnitas además de los otros ya mencionados.
La neta nos la pasamos de poca madre, sentados en una de las decenas de mesas instaladas para el disfrute comelón, donde se pueden conocer a más personas y echar el cotorreo en buen plan, con unos drinks pero con medida para regresar a la pueblita con todos los huesos completos y seguir la fiesta en casa.
Aunque hay que decir que hay muchos otros atractivos en el centro de Huejo, como el hermoso Ex convento Franciscano que está a unos pocos pasos del zócalo; y sin ir más lejos de allí, cerca están dos que tres bodegas de sidra, donde darán unos chidos recorridos por la planta de procesamiento con unas buenas pruebas de ese delicioso líquido.
Por si están leyendo este artículo en estos momentos, dejen de hacerlo y vayan hoy domingo a surtirse de unas buenas carnes y pásenla chingón en este mágico pueblo…
Todas las fotos y texto son del Invidente Zurdo…