Invidente Zurdo
Este trabajo, que está de poca madre está hecho por el genial documentalista ruso Viltor Kossakovsky, un obseso por encontrar y mostrar la belleza de las cosas, aunque ello nos lleve a mostrar el lado oscuro de las mismas.
Es tan chingón su labro cinematográfico que les vamos a compartir la nota que La Vanguardia le hizo para mostrar su más reciente, y extraordinario, trabajo…
Pasen ustedes a leer…
Para Viktor Kossakovsky es imprescindible hallar la belleza que hay en las cosas y mostrarla a través de su cámara. Si en el documental Aquarela plasmó el poder creativo y a la vez destructivo del agua y, en su anterior trabajo, Gunda, propuso un debate encendido alrededor del bienestar animal y el consumo de carne con una historia protagonizada por una cerda que invitaba al veganismo, el prestigioso cineasta ruso busca ahora el Oso de Oro de la Berlinale con Architecton.
Se trata de un fascinante documental de producción alemana que explora cómo las prácticas de construcción modernas e insostenibles que dependen del cemento están destruyendo el planeta y sugiere que hay lecciones que aprender de las construcciones antiguas. «Debemos parar la catástrofe antes de que sea tarde», ha afirmado en una rueda de prensa en la que ha expuesto numerosos datos sobre la escasa perdurabilidad del cemento y su impacto ecológico, como que su producción arroja el 8% de las emisiones de CO2 del mundo.
Sin narración alguna, solo acompañada de la música compuesta por Evgueni Galperine, la obra yuxtapone fascinantes imágenes de montañas excavadas en busca de materias primas; vastos vertederos, bloques de apartamentos bombardeados y derrumbados en Ucrania y ciudades afectadas por un terremoto en Turquía, con los majestuosos restos del complejo de templos romanos de Baalbeck en el Líbano, de 2.000 años de antigüedad, que todavía hoy desconcierta a los arqueólogos sobre cómo fue construido. «La gente habla de arquitectura sostenible, pero no es cierto, porque la verdadera arquitectura sostenible es lo que se hacía en la antigüedad», apunta sobre una obra que es todo un poema visual y que sirve de meditación sobre nuestra propia existencia a través de un obligado visionado en pantalla grande.
Centrándose en un proyecto paisajístico del arquitecto italiano Michele De Lucchi, Kossakovsky utiliza el círculo para reivindicar espacios naturales en el centro de las ciudades. «Antes se ponían las iglesias en el centro, hoy colocamos centros comerciales y gimnasios». Y se refirió a que hace unos años Postdamer Platz, la plaza donde se ubica la sede del festival, se erigió como símbolo de la nueva ciudad, con proyectos de los más importantes arquitectos de todo el mundo. «Ahora vienes aquí y está vacío en casi cualquier época del año, excepto durante el festival y en Navidad».
El cineasta sostiene que sólo en Reino Unido el año pasado se demolieron 50.000 edificios y que, según las predicciones de la ONU, en 2050 habrá diez mil millones de habitantes en el planeta, por lo que es urgente pensar en formas sostenibles para alojar a tantas personas. «El planeta no lo resistirá si seguimos levantando edificios de cemento por todas partes». Y añade: «Para producir cemento destruimos montañas. Incluso una pequeña fábrica de cemento necesita 26 toneladas de carbón por hora y trabaja sin parar las 24 horas del día, los 7 días de la semana«. A su vez, Kossakovsky también se ha mostrado muy crítico con el abuso del azúcar en nuestra sociedad. «Junto con el cemento son las dos plagas de nuestro tiempo».
Este artículo fue hecho por la increíble Licenciada en Periodismo por la UAB, redactora en la sección de cultura especializada en cine de La Vanguardia.
El mini prólogo es de El Invidente Zurdo…
