Este año tuvimos la gran suerte de tener un corresponsal en el treinta aniversario de este fabuloso festival metalero de la Germania.
Rockpalace Mendoza se atrevió a pisar tierras teutónicas, adentrándose a las entrañas de este gigantesco monstruo. En sí, la travesía misma, recorriendo 4 países europeos, fue una gran aventura; teniendo experiencias que no esperaba tener. Desde tener que pasar casi 24 horas sin dormir en la ciudad luz – París – así como un accidente de uno de sus compas de viaje en Hamburgo (casi se rompe una pierna), y andar corriendo con las variaciones del euro contra los pesos que llevaba en su cuenta personal.
Pero todas esas exaltaciones valieron la pena, dos semanas en el viejo continente le dieron extraordinarias vistas panorámicas de sus ciudades – y su respectiva arquitectura – paisajes de las campiñas con sus bellos bosques y dos enormes festivales, el mencionado Wacken y el Brutal Assault Fest, que se lleva a cabo en la República Checa y que desglosaremos en otra nota, de acuerdo a los apuntes enviados, así como sus respectivas imágenes para que chequen lo chingón del ambiente.
Y ya que estamos deshojando el block de esos mencionados apuntes, nos enfocamos en este aniversario del mastodóntico festival alemán.
Tres décadas resistiendo, recibiendo a miles de espectadores en sus diferentes carpas, al igual que en los enormes escenarios principales que imponen sus extensiones de tierra. Atrás de todo ello, está la zona de acampada, donde se ven reminiscencias de los ejércitos del imperio romano o de Napoleón, ya que las casas de campaña se cuentan por varios cientos.
Este 2019 se cumplen 30 años de su fundación y cada año se va haciendo más extenso, con decenas de grupos de todos los géneros, muchos de ellos legendarios, otros de mediano estatus y los principiantes que buscan esa ansiada gloria.
Tomando como referencia y de acuerdo a los reportes de nuestro mencionado compañero, este festival se ha convertido en un evento de añoranza, teniendo los escenarios de Harder, Faster y Louder como majestuosos entarimados de homenaje para bandas que llevan sus años en la brega, y otros que ya están despidiéndose de sus fanáticos, como en el caso de Slayer, que dio una espectacular demostración de fuerza, disciplina y agresividad thrash metalera. Digna manera de retirarse, los comentarios de Rockpalace nos habla de una noche apoteósica y brutal, con más de 40 mil peludos brincando y coreando cada una de las rolas de esta mítica banda gabacha.
Las canciones son de sobra conocida y fue el momento más fuerte de todo el festival, con decenas de banderas ondeando entre el público, creándose una gran comunión entre artista y la fiel fanaticada que, hay que decirlo, los hay de varias nacionalidades, creándose una gran torre de Babel, pero eso sí, todos unidos por las fuertes melodías del Heavy Metal.
El resto del cartel tuvo a grupos como Sabaton, Demons & Wizards, Powerwolf, Body Count (excelente banda gringa con raperos incluidos), Within Tempation, Rage, Anthrax, Opeth, Bullet for my Valentine, Hammerfall, Saxon, Airboune, Testament, Monster Magnet, Uriah Heep, Rose Tatto, Hellhammer, Septiflesh y muchas bandas ya, un aproximado de más de 100 agrupaciones, de todas las corrientes rockeras.
En cuanto a la distribución de los fanáticos, estos tuvieron su zona de acampada de manera ordenada, con miles de historias y emociones que se repartieron por diferentes partes del planeta. Además que hubo otras áreas dignas de visitar, de acuerdo a las palabras de Rockpalace. Había tiendas especializadas en material vikingo, desde ropa hasta armas como hachas, espadas; otras más enfocadas a enseres discográficos, con novedades y artículos viejos, de colección como vinilos y cassettes que son verdaderas joyas como bien nos describió el buen Mendoza.
Tampoco faltaron los especialistas en instrumentos musicales, así como aquellas orientadas a la comida y bebida, que según las opiniones vertidas de nuestro amigo, estaban de rechupete, se dio gusto probando la chela, comprobando la excelente calidad de estas tierras y que decir de las salchichas y pretzels, botanas típicas, que a decir verdad, fueron las únicas cosas que comió en el tiempo que duro su estadía por Alemania.
El clima fue benigno con todos, lo que permitió que toda la organización corriera sin ningún contratiempo. Otra cosa que nos resalta Rockpalace, es la increíble educación y cortesía de los locales, tanto en los asistentes como el personal del festival, incluyendo a los guardias de seguridad, quienes nunca les faltaron al respeto a los visitantes extranjeros y los supieron guiar por todas las instalaciones. Y eso no quedo allí, también el pueblo, Wacken como tal, son cien por ciento hospitalarios, aprovechando todo el potencial que deja la derrama económica de los turistas metaleros.
Grosso modo esto es un resumen de las hojas informativas que nos cedió nuestro reportero y amigo, colocando los puntos más importantes y en lo que cabe, transmitir la vibra y energía que ahí prevaleció.
Solo como complemento, la edición del próximo año ya agoto todas las entradas. El motivo, es la gira del 50 aniversario de Judas Priest y como coprotagonista de cabeza de cartel trae a los impresionantes nórdicos de Amon Amarth. Los boletos solo se pueden conseguir con agencias enfocadas a las giras internacionales, solo que, por lo que sabemos, son más caros…
Idea del texto: Rockpalace Mendoza.
Edición: El Invidente Zurdo