El diablo llora por tú amor
Desde la inmortal ventana te aprecia,
observa la delicia que representas,
avista la delicada amnesia,
que repartes entre los que frecuentas.
Paroxismo de emoción,
por tentarte la razón,
ya que te desea desde la concepción,
yendo en ello su corazón.
No te resistas,
no te limpies con el mancillado sudario,
por mucho que insistas,
y así lo escribas en el putrefacto diario.
Entre lo viviente destacas por ser oscuridad pura,
destronando la ingrata luz,
que insiste con darte una mala cura,
intentando hacer de ti un rosacruz.
Esa buena vida es lo que te hace ideal,
manjar de los laberínticos círculos ancestrales,
donde te convertirás en el hacha más leal,
marchando con los peores himnos marciales.
Esa imagen lo hace supurar lujuria,
sudando con cada pecado en movimiento,
sin pena a la injuria,
lo que lo vuelve un atroz masturbador liento.
No sólo eyacular físicamente es su propósito,
su razón más poderosa es intradimensional,
sin ahuyentar el coito,
ya que tú eres su santo grial.
Pero no todo es el inmaculado sexo,
eres motivo y resultado de ese incestuoso amor,
un estridente dolor placentero del plexo,
garantía de gritos de fogoso clamor.
Por eso Mefistófeles te desea,
cae en su pomposa y mentirosa red,
no importa en qué lugar sea,
ni que se haya acabado el cabed.
Enamorado está de la figura,
de aquél que está predestinado a la leyenda,
sin pensar en el daño que le hace a su pleura,
o tenga que recorrer la iluminada senda.
Enamorado está de la soltura,
que emanan de la triste alma consumida,
aventajada por la floritura,
haciendo jugosa la huida.
No me gusta contemplar al dios rojo así,
no es de odiosos humanos,
ser una burla porque sí,
ni lo merecen los lumbrosos gusanos.
Adentrase a los vetustos y tupidos bosques cansa,
amarra, flaquea, deshonra y ahoga,
a los tontos atrevidos jinetes de la yegua mansa,
mejor es inyectarse el corazón con la anodina droga.
Ver las amargas lágrimas caer,
supone un castigo para mi conciencia,
no hay barandal que asir o libro que leer,
explicando la inexistente manera de amar con ciencia.
El diablo llora por ti,
castigando a la numerosa legión,
llorando por mí,
destrabando el maldito arpón.
Los nudos de ese artefacto se envuelven en la memoria,
en el mojado órgano,
denostando la moría,
sin tratar de justificar el espiritual desgano.
Porque el altísimo no va a pelear,
no por tú causa, no por tú sino,
su misión está en su mente de follar,
alegrando su destino.
Mejor consulta seres opacos de opinión,
destrabando consejos maniacos,
que no tienen argumentación,
y merecen ser macos.
Por eso el diablo te ama,
Sin penas o tristezas,
sólo quiere tenderte la cama,
lecho, hechos de bellas bajezas.
Dale una amarga oportunidad,
aprovecha su debilidad,
y así su linaje tendrá continuidad,
sin ambigüedad.
No te fijes que a ti te cuelga un aparato de tres,
simplemente el amor con el hedor todo lo arregla,
imponiendo la infaltable adultez,
al final todo se compone con una saltarregla.
Es así como llega a su fin,
el olvidado y esperado príncipe,
con la humanidad deseando que llegue de su confín,
y sea el humilde partícipe.
Agosto 30, 2022
15:34 hrs.
MENPAL.