Esta es una citación llena de animadversión…
Unas líneas que dictan que soy un pobre rebelde contenido…
Siempre hago lo que quiero…
Como aquel que engaño por años a su esposa…
Y se mato porque le gustaba la alta velocidad…
¡Ah! Se me olvidaba, porque siempre no hacía lo que quería…
Obvio, me queda claro que se le permitía porque era el gran amante…
Es por eso que nunca te atraigo, más que una vez por trimestre…
Siempre hago lo que quiero…
Como aquella consanguínea que ha provocado la muerte de dos allegados sentimentales…
Destrozando dos familias por el mero hecho de darse lujuria y placer a costa de otros…
Dejando turbias imágenes para masturbarse por su finita eternidad…
Pero nunca hacía lo que quería…
Sólo mataba el tiempo… Para no ser cualquier cosa común…
Siempre hago lo que quiero…
Tal cual somete un padre a una madre…
La deshonra, humilla y desfigura el alma…
Por el simple hecho de tener un orgasmo mental masculino…
Y emascularse por propia mano, ocultando sus complejos y frustraciones…
Pero no hacía lo que quería…
Nada más acomodaba la voluntad de su esposa para su propio bien…
Un buen ejemplo familiar…
Siempre hago lo que quiero…
Así como aquel tipo que obligo a abortar a su otra novia…
Sólo porque le iba a destruir la carrera universitaria…
Y, según, no estaba preparado para ser un pendejo padre de familia…
Más nunca hacer lo que quería…
Sí, son frases de un frustrado acomplejado, amargado y poco amigable. Son un testamento de lo que no debe hacerse y decirse, porque los tiempos así lo exigen. Pero es una pequeña revuelta al espíritu pusilánime que me envuelve. Es más que obvio, necesito ver a un psicólogo o psiquíatra.
Sé que, si hubiera sido inteligente, como dicen algunos ingenuos – pobres, los he engañado – no hubiera nacido de la vagina que me acogió, simplemente aparecería de una combustión espontanea en el cerebro de un sabio olvidado…
Así como le sucedió a Atenea, y dejaría de ser la farsa que nunca he querido representar. Mínimo trataría ser un párrafo de Bukowski, pero de esos que se quedaron pegados a la vieja máquina de escribir, limpiando los cabezales rústicos y venerables…
Pero siempre hago lo que quiero…
Jajajaja, el chiste se cuenta sólo, lo único que hago es morir y despedazar la salud que las partículas me otorgaron, como supuesto ser superior y adaptable a la inclemencia de la naturaleza y vida que prevalece en esta roca ígnea que orbita a un gran fosforo amarillo…
Ojalá pudiera hacer lo que quiero, de haber sido así, ni siquiera estuviera tecleando esto, más bien estaría en las frías estepas de tu desprecio – que estoy a pocos minutos de conseguirlo, y eso es decir mucho – encerrado en una capsula del olvido…
Tratando de entender en que no la cagué…
Tratando, desesperadamente de entender que no son mis cosas, es más, ni siquiera se trataba de mi tiempo. Sólo es el autodesprecio que debe tener todo buen imbécil de la llamada buena vida…
Y cómo dijo la reina: ¿Quién quiere vivir por siempre?…
Who wants…
NI el reloj más caro podrá marcar los últimos segundos de la indiferencia que ya se puso en marcha, y aumenta con cada segundo que marca el inevitable paso del tiempo. No, nunca seré aquella persona que trataba de presumir que había alternativas mejores a lo actuado. Ni por tantito me acerco a eso de hacer lo que quería hacer…
Si así hubiera sido, habría de destruir al que quiso abusar de mi… Tratado de destruirme para no temblar en el frío plato de la venganza…
Así se cuenta y subraya la sentencia de tratar de hacer lo que siempre se quiere. Alicia no lo permitiría, ni el conejo blanco que va corriendo infinitamente, en la rueda de un fútil e inútil destino. No, nunca sería así. No lo merezco, porque en el grabado de mi alma se distorsiona el vuelo del águila que los retorcidos pasos tendrían que haber dado…
Pero siempre hago lo que quiero…
- Amor de mi vida,
- Tú me hieres,
- Me rompes el corazón…
Fin
Moribundo feliz
Desde el honorable centro histérico de la Puebla
Esta es obra del Moribundo Feliz, que, como ya hemos dicho antes, deambula por las cuadras del centro histórico, recolectando pet, cartón, papel, aluminio y deshechos mentales humanos…
Nota del editor. La pseuda edición es hecha por el Invidente Zurdo, por lo que cualquier desgarro gramatical y / u ortográfico es responsabilidad de este pueril ente…