Los artistas disruptivos y provocadores se están yendo, no queda uno que haga temblar a la sociedad actual. Quizás hemos perdido el rumbo y nos hemos vuelto fríos y frívolos con lo que sucede alrededor por tener todo tan cerca con sólo tener un dispositivo inteligente y eso ha provocado una de las tantas profecías del buen maestro Quino, que nos mostró, por medio de Felipito y el shock de imaginar que todo estuviera en un solo sitio. Hilarante el cuadro.
Esa tira nos representaba, pero eso ya nos ha rebasado. El arte se ha vuelto frágil y hedonista; y no porque nunca lo haya sido, es parte de su genética, pero pareciera que no hay más temática, en ninguna de sus ramas. A lo mejor si hay alguien, o algunos, que anden por ahí retando a todos con su talento, pero, por alguna razón no trascienden. El dinero ha sido, es y seguirá siendo el gran provocador cultural.
Como sea, todavía hay algunos de la vieja escuela que gustan de seguir siendo outsiders y a pesar de que sus ideas puedan parecer anquilosadas o rancias, siguen teniendo una buena base de fanáticos y seguidores que quieren emular a su héroe. Y uno de esos rebeldes fue el gran Monte Cazazza, y es de él la siguiente reseña:
Nació en Estados Unidos pero decidió irse a vivir un tiempo a Reino Unido para estar cerca de un colectivo de músicos radicales, en torno al sello discográfico independiente Industrial Records, donde se forjó la escena musical más revolucionaria de finales de los años 70. Ahí surge la leyenda de Monte Cazazza, fallecido este viernes a los 68 años tras una enfermedad.
Una escena que surge paralela al punk y más punk que el propio punk, Cazazza la definió como “industrial music for industrial people” (música industrial para personas industriales) en 1977. Configuraba este movimiento una posición ideológica y económica frente al mercado musical y una práctica artística que pone el ruido en el centro.
El grupo de artistas a los que se acerca Monte Cazazza en Reino Unido provenía de un proyecto activo desde 1969 llamado COUM Transmissions, formado por Cosey Fanni Tutti, Genesis P-Orridge (fallecido en 2020), Peter Christopherson (fallecido en 2010) y Chris Carter. Realizaban performances sexuales, violentas y escatológicas que pretendían cuestionar el arte en la frontera de la moralidad. Cesaron sus actividades en 1976 y de esa disolución surgió el grupo Throbbing Gristle. De esa misma conjunción explosiva de talento extremo, surgirían posteriormente otros grupos como Coil, Chris & Cosey y Psychic TV.
El sello Industrial Records se creó para publicar los discos de Throbbing Gristle pero luego dio cabida también al propio Monte Cazazza, así como a Cabaret Voltaire o SPK. Gracias a esta profunda convicción en la autogestión, estos artistas pudieron desplegar su creatividad sin censuras. Su única cortapisa era el bajo presupuesto, un condicionante que hacían jugar a su favor experimentando con nuevos formatos baratos, como el video.
“Los lanzamientos de Industrial Records se caracterizaban fundamentalmente por explorar aspectos viscerales y tabú”, explica Fernando O. Paíno en su libro Música industrial. La deshumanización del sonido (Editorial Milenio, 2017), “como es el caso de la obra de Aleister Crowley y William S. Burroughs, la historia de los asesinos en serie o las masacres cometidas por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial”.
Paíno recoge en su libro una entrevista a P-Orridge publicada en la revista sobre arte experimental RE/SEARCH en 1983, que este definía a Cazazza como “perverso y vil, realmente odioso”. El líder de Throbbing Gristle quería conocer al artista que había sembrado el terror en San Francisco y, para ello, le envió varias cartas. Una de ellas contenía un ratón muerto. Por supuesto, Cazazza se interesó en esa amistad de inmediato, y por ello se trasladó a Londres.
Monte Cazazza venía de haber estudiado en una escuela de arte en Oakland (California). Su primer trabajo para la asignatura de escultura fue crear una cascada de cemento en la escalera principal del edificio. Al día siguiente, le expulsaron. “Pasó del hospital a la cárcel, creando collages pornográficos en San Francisco”, escriben sobre él en el fanzine New Wave, contemporáneamente. “En 1971, invitado a un fin de semana de conferencias sobre arte en el bosque, trajo un guardaespaldas armado y salpimentó la comida con arsénico. En el desayuno dejaba caer ladrillos pintados con la palabra ‘Dadá’ a los pies de las personas convocadas a comer. Y en la mesa de la cena quemó el cuerpo de un gato parcialmente descompuesto e infestado de gusanos. Su guardaespaldas bloqueó la salida y varios invitados se enfermaron por el hedor”, relataban.
Cuando Genesis P-Orridge, Cosey Fanny Tutti y Monte Cazazza comenzaron sus colaboraciones, antes de la música hicieron una postal en el año 1977: Gary Gilmore Memorial Society Postcard. Se vendieron unas 6.000 copias de ella, se hicieron camisetas y tuvo tanto éxito que llegó a las portadas de la prensa de forma equivocada.
Gary Gilmore era un asesino condenado a pena de muerte en Estados Unidos. Fue ejecutado en 1977 en Utah, después de casi diez años sin que se ejerciera la pena capital en Estados Unidos. Se había reestablecido en el país un año antes, con gran polémica. Cazazza, P-Orridge y Tutti se fotografiaron como si fueran Gilmore en la silla eléctrica, con la cabeza cubierta y atados, y el periódico Hong Kong Daily News lo reprodujo en su portada como si realmente se tratara de Gilmore.
Ese mismo año, en el que Sex Pistols publicaba God Save The Queen, Monte grababa sus primeras canciones: Plastic Surgery, Busted Kneecaps, Fistfuckers of America, Hate y To Mom on Mother’s Day, que se editarían posteriormente en formatos de siete pulgadas.
En los años 90 fundó M&MProductions y MMFilms junto a Michelle Handelman, con las iniciales de los nombres de ambos. Realizaron juntos una serie de obras audiovisuales experimentales, como el conjunto de video, fotografía y escultura Blood, Guts and Beauty, la película explícita Catscan, The Torture Series, el video Hope y el ensayo The Cereal Box Conspiracy Against the Developing Mind.
El resto de su producción musical fue muy esporádica a lo largo de los años, colaborando con otros proyectos, siendo Psychic TV, el grupo posterior de Genesis P-Orridge, el más relevante. En 2018, publicó junto a la artista Meri St. Mary el single I Fight Like A Girl / Killing Time. Fue Meri St. Mary quien hizo público su fallecimiento con un mensaje en Twitter.
Cazazza no daba entrevistas. La revista Slash lo intentó en 1979 y esto fue lo que único que consiguió: “Cuando me devolvió la llamada —escribe el periodista—, le pregunté si quería hacer alguna declaración para Slash. ”NO, NO, NO“, dijo, ”no necesito hablar, no necesito dar entrecomillados. Verás, ya soy MUY DESCONOCIDO“.
Una figura que ya no es fácil de encontrar…
Con info añadida de elDiario.es en conjunto con prologo y edición de El Invidente Zurdo…