Que chingón que haya recomendaciones que pueden disfrutarse en este período vacacional, aunado al inche frío que está haciendo, con humedad incluida, que mejor hacerlo empiernado con pizza, chela y botana a un lado.
En esta ocasión nos topamos con un artículo hecho por los pulidos y brillantes cerebros de la que se considera como la universidad con más prestigio académico de toda esta piedra sideral: Harvard. De acuerdo a sus conclusiones, las siguientes películas que vamos a exponer son adecuadas para que eches a andar tus neuronas y tomes su contemplación en una experiencia transformadora. Así que hay que hacerles caso a estos nerds y tratar de ver todas las de la lista, así ya las hayas presenciado; quizás lo hagas con otro enfoque emocional y analítico.
Vértigo, EUA, 1958, del geniecillo llamado Alfred Hitchcock.
Esta nos sumerge en la vida del detective Scottie Fergusson, un hombre afectado por el vértigo que decide retirarse tras un evento traumático. Hitchcock, el maestro del suspense, lleva a los espectadores a un viaje psicológico que desafía las expectativas y pone a prueba los límites de la realidad.
Todos los hombres del presidente, EUA, 1976, Alan J. Pakula.
Nos sumerge en las aguas turbias del caso Watergate. Con las actuaciones estelares de Robert Redford y Dustin Hoffman, la película narra la investigación de dos periodistas del Washington Post que destaparon uno de los mayores escándalos políticos en la historia de los Estados Unidos. Más allá de ser una obra de intriga, esta película ofrece una mirada profunda a la importancia del periodismo en la sociedad y sus implicaciones en la esfera política.
El laberinto del fauno, España – México, 2006, orgullosos de nuestro gordito favorito, Guillermo del Toro.
La historia sigue a Ofelia, quien, tras mudarse a la casa de un capitán, descubre un reino mágico que entrelaza los hilos de la fantasía y la realidad. Esta película, galardonada con tres premios Oscar, ofrece una mirada única a la naturaleza humana a través de la lente de la fantasía.
Das weiße Band, Alemania, 2009, Michael Haneke.
Explora las consecuencias de la Primera Guerra Mundial en un pequeño pueblo. A través de una narrativa intrigante, la película plantea preguntas sobre la violencia, la moral y la responsabilidad en tiempos de conflicto. “The White Ribbon” invita a los espectadores a reflexionar sobre las complejidades de la condición humana y la influencia de los eventos históricos en nuestras vidas.
Le Ballon Rouge, Francia, 1956, Albert Lamorisse.
Cerrando la lista, nos encontramos con la película francesa de 1956, “El Globo Rojo “. Esta obra, de tan solo 36 minutos, conmueve con su simplicidad y ternura. La historia de un chico solitario y su vínculo con un globo rojo en las calles de París destaca la belleza en lo simple y nos recuerda que las conexiones más profundas pueden surgir de encuentros inesperados.
Raging Bull, EUA, 1980, Martin Scorsese.
Una de las obras seminales del buen Martin. La cinta muestra la pelea, literalmente, de Jack LaMotta por tratar de ser un campeón de los pesos medios del boxeo. La dupla con Robert De Niro ha dado más que un solo momento glorioso del cine norteamericano de los últimos tiempos.
Taxi Driver, EUA, 1976, Martin Scorsese.
Con uno de los elencos más brillantes que se pueden apreciar en más de 40 años y que Scorsese supo a bien explotar cada gramo de talento involucrado. La batalla de un ex veterano, con todas sus connotaciones implicadas, contra uno de los vicios más viejos de la historia. Su guerra propia la traslada a una ciudad que lo soporta más no lo acoge como uno más de los suyos.
Hable con ella, España, 2002, Pedro Almodóvar.
Don Pedro siempre nos muestra vidas llenas de dramas a nivel individual o colectiva. Eso nos lleva al desarrollo de un amor que no está exento de decisiones que no son simples emociones banales por tomar.
Hay otras cintas que están a la altura de las antes descritas:
- Blue Velvet, EUA, 1986, David Lynch
- Sex, Lies and Videotape, EUA, 1989, Steven Soderbergh
- La regle du jeu, Francia, 1939, Jean Renoir
- Citizien Kane, EUA, 1941, Orson Wells
- Ladri di biciclette, Italia, 1948, Vittorio De Sica
- Salt of the earth, EUA, 1954, Herbert Biberman
Como pueden darse cuenta, y algo que es de esperarse, dominan las películas gabachas, eso no quiere decir que no valen la pena disfrutarlas porque los nombres detrás de las cámaras implican pensamientos lúcidos y profundos. De las pocas cintas que son del resto del mundo también son una maravilla. Ejercicios cinematográficos que cautivan por la inteligencia de sus planteamientos.