De Ramones a The Who, la publicación inglesa elaboró un listado de álbumes grabados en directo o que recogen extractos de presentaciones, en su mayoría de la era de rock de estadios.
10. Kiss – Alive! (1975)
No solo fue el salto a la masividad del grupo, sino que en sus 16 pistas resume el ideario del concierto de hard rock por antonomasia. Paul Stanley y Ace Frehley lanzan flamas desde sus guitarras, Gene Simmons da clase con su sentido del espectáculo y Peter Criss se sa mañana para hacerse cargo de la voz en “Nothin’ To Lose” y “Black Diamond”. Un registro de ritmo trepidante, que muestra a la banda en gran forma.
9. Ramones – It’s alive! (1979)
En los días en que el rock de estadios era la norma, hasta en el punk se permitieron explorar en el formato de grabaciones de conciertos. En su primer álbum en directo -registrado en el Rainbow Theatre de Londres-, los Ramones hacen gala de la sencillez y diversidad de su repertorio, fogueado los años de formación en bares. Como jugadores en el medio de la cancha, podían manejar los tiempos a placer como en la rápida “Rockaway Beach” y sonar como un ejército en sus covers como “Do you wanna dance?”.
8. MC5 – Kick Out the Jams (1969)
Se cuenta que George Martin quiso grabar el primer disco de los Beatles en el Club de la Caverna, para aprovechar su gran rendimiento en vivo. No lo logró, pero años después, el quinteto MC5 se permitió debutar con un registro en directo. No era casual, pues habían llamado la atención de los medios por sus intensas presentaciones. Incluso salieron en la portada de la revista Rolling Stone, en 1968, cuando los aires de la psicodelia comenzaban a pasar. Aunque les esperaba un futuro esplendor, su carrera pasó tan rápida e intensa como sus canciones. Pero su sonido crudo, sucio, garagero, marcó historia. El grito “¡kick out the jams, motherfuc…!” resume el espíritu del conjunto.
7. Jay Z – Unplugged (2001)
Recurriendo a lo más granado del sonido r&b, Jay Z se despacha una más que interesante sesión con el apoyo de The Roots. Recurriendo a una mezcla del viejo sonido de órganos, vientos, baterías y otros instrumentos que por momentos lo conectaron con una sonoridad cercana a las de Studio One. Destacan las buenas interpretaciones para temas como “Hard Knock Life” y “Girls Girls Girls”.
6. Thin Lizzy – Live and Dangerous (1978)
Si algo caracterizó a los setentas, la era jurásica del rock, fue el exceso. Los irlandeses Thin Lizzy no se quedaron atrás. Aprovechando el éxito de sencillos como “Jailbreak”, “Esmerald” y “The boys are back in town”, el grupo registró un álbum en vivo de 17 canciones tomadas de presentaciones en Londres y Toronto. Pese a las tensiones entre el guitarrista Brian Robertson y el cantante Phil Lynott, el grupo ofrece un espectáculo sólido, de interpretación contundente y efectiva en que lucen largamente las “guitarras gemelas” o armonizadas que en la década siguiente serían llevadas al siguiente nivel por el heavy metal.
5. Johnny Cash – At Folsom Prision (1968)
“Hello, i’m Johnny Cash”. La fórmula clásica de saludo del “hombre de negro” sonó en la prisión estatal de Folsom, California. El silencio reverencial de los reos -los apalusos y silbidos fueron añadidos a posteriori en el estudio-, era evidencia del respeto que sentían por Cash. Un hombre que como ellos, era capaz de aceptar sus miserias, y los días nublado por los conflictos y la adicción a las anfetaminas. Por ello, incluso se permitió incluir un tema escrito por uno de los convictos, “Greystone Chapel”. Cash hace gala de su fórmula: la festividad del country con letras tan oscuras como su atuendo. En la biopic I walk the line, hay una gran recreación del episodio.
4. Radiohead – I Might Be Wrong: Live Recordings (2001)
El registro que reúne piezas de los discos Kid A y Amnesiac destaca por dar cuenta de la inquietud creativa de los de Oxford. Por ello su atractivo es la posibilidad de escuchar versiones diferentes para temas como “The National Anthem”, “I Might Be Wrong”, y “Like Spinning Plates”, además de un tema inédito hasta entonces, “True Love Waits”. La banda estaba en un gran momento, en que destaca el manejo de patterns de Phil Selway y el hambre creativo de la dupla de guitarristas Ed O’Brien y Johnny Greenwood. Una buena aproximación al universo del grupo.
3. The Who – Live at Leeds (1970)
Si vas a escuchar solo un concierto de rock en tu vida, que sea este. Los Who recibían los setentas como una banda explosiva y con un directo arrasador, aceitado y bien preparado. Por eso, en el marco de la gira promocional de Tommy el grupo quiso aprovechar el vuelo y editar las grabaciones de sus conciertos. Pero al final funcionó como una suerte de Greatest Hits en vivo en que destaca la potencia y la claridad de su sonido, muy simple, pero efectivo. Incluye grandes versiones para temas como “Substitute”, “Young man blues”, y una flamígera interpretación de “My Generation”.
2. Neil Young y Crazy Horse – Live Rust (1979)
Sin dudas no hubo una época más gloriosa para Neil Young que los setentas. Si lanzas discos como After the gold rush, On the beach y Zuma puedes tener la posibilidad de administrar un interesante set de directo. Por ello, en Live Rust podemos escuchar a Young como un bardo acústico en “Comes a time”, a un rockero de alta intensidad eléctrica en “Cinnamon Girl”.
1. Nirvana – MTV Unplugged (1994)
Crudo y sin concesiones, el último grito de Kurt Cobain resume su espíritu creativo. Planear un Unplugged alejado de la fórmula de greatest hits y llevar la música de Nirvana más allá de los decibeles demenciales con que acostumbraban a tocar en vivo, para enfocarla en su fino sentido de la melodía y los arreglos simples, pero efectivos. La versiones de “Come as you are”, covers inesperados como los de Meat Puppets y David Bowie (cuántos deben pensar que “The man who sold the world” es de Nirvana) y la participación de instrumentistas como Lori Goldston, ofrecen una lectura novedosa a la propuesta del grupo.