Tardes como la de un lunes te recuerdo…
Tardes como estas, donde soy y no aparezco…
Tardes donde tu rostro es hermoso…
Tardes de vivir…
Morir…
Sentir…
Y verte como lo hago cada noche…
Tu respirar cerca de mí, aunque lo dudes…
Estoy pendiente de ese ritmo crepuscular…
Deseándote buenas noches…
Y mejores despertares…
Llenos de latidos…
De funcionamiento nervioso vivaz…
Que me demuestre que mi reina…
Mi espiritual belleza siga a mi lado…
Por qué lo demás es en vano…
Si no veo tus ojos brillar
En ese primer minuto del sol asomado…
Encima de nuestros hombros…
Destacando el abrazo imaginario de dos almas…
Que se conocieron siendo muy jóvenes…
Porque la carne no es impedimento para desatarse…
Lo saben los dioses…
Lo saben las brujas…
Lo saben las personas…
Lo sabe el olvido…
Lo sabe la realidad…
Pero por encima de ello…
Lo sabe nuestro amor…
Aun cuando esté cansado…
Pero no muerto…
- Miércoles 25, octubre ‘23
- Moribundo feliz
- San Andrés Cholula, Puebla