Los campos ya no son verdes, los cielos de grises otoñales pasaron a grises oxidados, no más claridad, no más natural negrura. Los pies se hunden en el lodazal, no hay manera de seguir decentemente ¿cuándo lo ha sido?
En nombre de la más grande puta de la humanidad… Él no lo logró, fuimos nosotros que la cagamos, al cuadrado, por darle la chispa de la vida… Y de repente latió la voluntad de hierro sometedora.
“Sólo por hoy” resuena en mi mente…
Sólo por hoy vuelve a morir, abrazado de hermosas extremidades acuosas…
Una vez más…
Sólo por hoy…
Tarde o noche, no sé qué brillo o destello ilumina la ventana de la habitación. Motel barato. Cansado. Con un puto dolor de cabeza que no lo aguantaría ni Dios. “Si en la peda te ofendí, en la cruda me la debes”. Pantalones tirados, camisa igual – ¡que mamada! De las pocas veces que me pongo una – zapatos en el ventilador… ¡No mames! ¡¿Cómo llegaron allí?!
Último cuatrimestre…
Últimos destellos…
Nixon va contra sí mismo mientras Vietnam arde bajo el napalm; Díaz Ordaz tiene su propio fuego, fiesta particular de apaciguamiento veraniego… ¡Y aún con ello! ¡Los putos y cínicos 5 aros se elevaron en la astabandera! Trujillo ya en el poder; la junta del sur se come a quien opine diferente… Cómo mínimo…
Es un cuarto con espejo en el techo…
Y desde ese reflejo en el fondo, ahí sigo viendo la figura del Χριστός, el ungido. Devora mundos de realidades, necesita la llave ardiente que cuelga en mi. No importa quien se cruza en su camino. Él lo puede todo. Omnisciente, Omnipresente, Omnipotente. La trinidad ruge más fuerte que nunca. Deben de hallar la desconexión que se prometió. Por encima de estúpidos e hipócritas ángeles. EL padre lo adiestro mejor que nunca, es más, ese padre ya no es el camino, ni siquiera fuerza aniquiladora. Es la mierda mental y metafísica presente y doliente de Jesús, lo que cuenta hoy más que nunca.
Los torrentes de carne y metal me llevan de mi fresca guarida al rocoso y caliente sur, ese que hemos llamado por miles de años como Ariana. Adolfo no lo entendió, los verdaderos se hundieron en las arenas del tiempo.
Escrito rescatado a principios de los años 80’s, tras el abrupto escape eslavo.
Mi cabeza estalla internamente, con dolorosos retazos de recuerdos. No sé si estuve allí, desangrado – por millonésima vez – tirado, arrastrado o en perfectas condiciones. No lo sé. Mi escape me lleva a lugares como este sucio cuarto, donde la destartalada cama es lo más decente que he visto en siglos. El siglo ¿XX? parece que ya está acabando. Pero, como frase trillada, parece que los días de la montada crucifixión fueron apenas la semana pasada.
Sea como sea, la sangre no para, los torrentes en su nombre, sea como sea que lo conozcan las diferentes religiones, siguen corriendo… Como yo lo sigo haciendo…
Continuará…