Este “maravilloso” personaje no tiene mucho que murió, siendo uno de esos tipos que se volvió un producto de eso que se conoce como culto a la personalidad; lo que le valió estar en un programa de televisión de citas, donde consiguió popularidad. Fue un momento de éxtasis personal, que todavía no delataba la esencia oscura que lo volvió uno de los casos más mediáticos del gabacho.
La jueza Bonnie Witner no pudo evitar llorar en 2013 cuando sentenció a Rodney Alcalá, conocido como el asesino en serie de The Dating Game, un popular programa de televisión de los años 70. “En 30 años nunca había visto un caso así”, dijo la veterana magistrada de Manhattan (Nueva York) poco después de haberlo sentenciado a 25 años de prisión por el asesinato de dos mujeres en 1971 y 1977.
Alcalá había sido extraditado desde la costa oeste un año antes. En California fue donde se ganó su escabrosa reputación y el sitio donde cazó a varias de sus presas durante décadas. Al menos cuatro mujeres y una niña de 12 años murieron a manos de este fotógrafo profesional que alguna vez cruzó su camino con Roman Polanski y quien mostró sus dotes de seductor en la emisión de la ABC. Alcalá ha fallecido por causas naturales la mañana de este sábado en la prisión estatal de Corcoran, donde contaba con una sentencia de muerte. Tenía 77 años.
Alcalá, un hombre apuesto de largo pelo negro, solía engañar a sus víctimas invitándolas a tomarse unas fotografías. Originario de Texas e hijo de padres mexicanos, intentó hacer carrera militar, pero fue expulsado del servicio por problemas mentales. Tuvo una vida itinerante que lo llevó de ida y vuelta a ciudades de la costa oeste y este a lo largo de varias décadas en las que tuvo actividad criminal.
Estudió fotografía en la Universidad de Nueva York, donde contó con el director Roman Polanski como uno de sus profesores. En 1968 secuestró, golpeó y abusó de una niña de 8 años en Los Ángeles, un delito que lo llevó a la lista de los más buscados del FBI, El Buró Federal de Investigación. Alcalá fue detenido por este delito cuando alguien vio una fotografía suya en una oficina postal de New Hampshire, al este de Estados Unidos, donde trabajaba como monitor en un campamento para jóvenes. Fue sentenciado en 1972, pero abandonó la prisión casi tres años después.
Alcalá era un asesino despiadado. Los múltiples juicios que se le siguieron a lo largo de su vida, en diferentes Estados y en diversas épocas, revelaron a un homicida inteligente y de sangre fría. Violaba a casi todas las mujeres que secuestraba y después las mataba a golpes. “El mundo es un mejor lugar sin él, sin ninguna duda”, ha dicho este sábado a The New York Times una de sus víctimas, Tali Shapiro, la menor secuestrada y golpeada en 1968 después de haber sido raptada cuando caminaba a la escuela.
Nadie sabe con exactitud cuántas víctimas mató el asesino de The Dating Game. En 2010 un jurado del condado de Orange, en California, lo declaró culpable de cinco asesinatos cometidos entre 1977 y 1979. Sus víctimas fueron Jill Barcomb, de 18, cuyo cuerpo fue hallado en las colinas de Hollywood en noviembre de 1977. Georgia Wixted, de 27, apareció muerta en su casa de Malibú un mes después. Charlotte Lamb, de 32, fue estrangulada con un cordón en junio de 1978. Jill Parentau, de 21, murió de la misma forma en su apartamento de Burbank en 1979, y el cuerpo de Robin Samsoe, de 12 años, fue encontrado en un camino de trekking en junio de 1979 después de haber desaparecido en el muelle de la playa de Huntington. Las pruebas de ADN fueron determinantes para conectar a Alcalá con estas mujeres. El asesino fue sentenciado a pena de muerte. Más de 700 prisioneros esperan la inyección letal en California, un Estado que tuvo su última ejecución en 2006.
El asesino fue extraditado a Nueva York en 2012, donde otras pruebas genéticas ayudaron a condenarlo en otros dos homicidios, el de Cornelia Crillet, cometido en 1971, y el de Ellen Hover, en 1977. Se declaró culpable y recibió una sentencia de 25 años. “Espero que las familias encuentren algo de paz y consuelo después de estos hechos horribles e inexplicablemente brutales”, dijo la jueza que lo condenó.
A pesar de haber reconocido estos dos crímenes, los detectives que esperaban encontrar respuestas hurgando en la mente criminal encontraron en lugar a un arrogante sujeto que fingía estar dormido cuando lo interrogaban o que mostraba el dedo anular cuando le mostraban fotografías de mujeres que fueron asesinadas y cuyos casos no han sido resueltos.
Las autoridades creen que Alcalá fue autor de otros homicidios en Los Ángeles y el condado de Marine (California), Seattle, Arizona y Nueva Hamsphire. Las autoridades de Wyoming lo vincularon al homicidio de una mujer embarazada de 28 años que desapareció en 1978. Sin embargo, decidieron en 2016 no iniciar el proceso de extradición para iniciar un nuevo juicio.
En 1978, seis años después de haber abusado sexualmente de una menor, Alcalá apareció en las pantallas de televisión como el soltero número uno. Su intercambio con Cheryl Bradshaw, una profesora de teatro, en aquella emisión se ha convertido en un clip viral en YouTube. El fotógrafo seductor ganó el concurso con una serie de insinuaciones sexuales. Bradshaw, sin embargo, decidió finalmente no salir con él. Eso pudo haberle salvado la vida. Aquel momento fue el nacimiento de una leyenda negra que se ha apagado hoy.
Pero, a pesar de todo, sigue siendo un objeto de morbo, teniendo varios vídeos en la mencionada plataforma, donde se pueden escuchar las ideas y motivos de su desequilibrada mente.
Por respeto a ciertas susceptibilidades, dicho con todo respeto, no quisimos cotorrear esta escabrosa nota, la cual conseguimos de elpais.com, un medio que no necesita mucha presentación, y más ahora que está siendo promocionada por el “señor de los pobres” de Palacio Nacional…