in

Cuando me creía indestructible

Han pasado algún par de años, eso es lo que mis etéreos recuerdos me dicen, aunque siendo realista no creo que sean muchos, solo que mi hígado, pulmones y neuronas no lo creen así.

Tal vez sea por el exceso de Four Loko, de perico, LSD, mota, tachas, y otras mierdas más, pero no quiero sonar tan anciano ni tan puto jodido, pero sé que lo estoy; fue, tal vez 5 o 6 años cuando me valía Bertha todo. No importaba a quien pasara o saltara, o tal vez arrollara, yo hacía lo que quería. Pero lo que más me gustaba que era viajar de mochilero, conocer extranjeros, descubrir mi país.

Bright Side or the Moon… Foto Invidente Zurdo

 Así de extraño fue ese vale madrismo que tenía en aquellos años. No sé si me daba fuerzas las 2 onzas de coca que nos metíamos mis amigos y yo en un fin de semana. Quizás era la rola de Pink Floyd, esa, que viene en el álbum de Dark side of the Moon a todo volumen, desgarrando las bocinas en un Ibiza verde, auto color “mírame a huevo”, un llamativo color verde, pero que en el bajo mundo era mejor conocido como “Pilón – Móvil”.

La muerte viene líquida… Foto Invidente Zurdo

A las 3 am, la hora del diablo, ya estábamos bien trabados, dando el rock & roll por la ciudad en búsqueda de más polvorón, para bajar la macro peda que traíamos o el gusto por la pinche adrenalina del famoso “punto”; donde estabas vigilado por halcones y uno que otro chingo de yonkis. Pero energía y adrenalina habían, te lo juro que habían… yo me creía indestructible hasta que venía el bajón…

Cuento escrito y donado por Michel Espinosa, mejor conocido como el Pingu, quién es un amante y defensor del uso lúdico de la adrenalina…

Escrito por Invidente Zurdo

Desentrañando Forsaken Litany, EP de Lineage

Pulque Tochtli, ideas y origen. Entrevista con sus creadores