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Revitalizando a Mark Rothko en París

Letonia es una nación alejada para nosotros en prácticamente todos los sentidos, un país con aires gélidos que vienen del mar del norte y del ártico, teniendo vecinos poderosos como Rusia y cruzando el golfo tienen a Suecia. Su influencia también tiene aires germanos, incluso hasta en su nombre ya que antes de su actual nombre se llamaba Livonia, tomada de los Hermanos Livonios de la Espada. Riga es su capital y en ella hay varios centros de arte entre ellos los museos como el Museo Etnográfico al Aire Libre, y a la vez es, el país es cuna de uno de los más grandes artistas contemporáneos del siglo XX: Mark Rothko.

Este letón con pasaporte gringo, fallecido en Nueva York, es uno de los maestros del expresionismo abstracto, quien tiene entre sus obras una de las más caras vendidas en una subasta, y ahora regresa por todo lo alto en una muestra que cuenta con muchas de sus grandes creaciones. La sede está en París y es organizada por la Fondation Louis Vuitton en una impresionante retrospectiva, la cual veremos en los siguientes párrofos.

La Fondation Louis Vuitton de París le dedica una retrospectiva con una de las exposiciones más ambiciosas de la temporada y la primera en Francia enfocada en el artista estadounidense desde la del Musée d’Art Moderne de la Ville de Parisen1999: una recopilación de 115 obras procedentes de importantes colecciones institucionales, como la National Gallery of Art de Washington, la Tate de Londres y la Phillips Collection de Washington, así como de colecciones privadas internacionales, entre ellas la de la familia del artista. El espacio cultural que lleva el sello de Frank Gehry exhibe, hasta el 2 de abril de 2024, esta muestra comisariada por Suzanne Pagé y Christopher Rothko.

Rothko nació en 1903 en Daugavpils (Dvinsk cuando formaba parte del Imperio Ruso), actual Letonia, pero cuando tenía 10 años se mudó a Portland, Estados Unidos, con su familia. Estudió en la Universidad de Yale y en 1923 se instaló en Nueva York, la ciudad que erigió al mito. La muestra recorre sus primeros lienzos, más figurativos, hasta llegar a la era abstracta que terminó por definir su idiosincrasia como pintor. La exposición comienza con las figuras fantasmagóricas de sus inicios, cuando Rothko intentó enfocarse en la representación humana y la arquitectura que le conmovía en la Gran Manzana.

La primera sala ahonda en la fascinación del artista por las escenas intimistas y los paisajes urbanos, principalmente, las escenas underground neoyorquinas que retrataban el frenesí de los pasajeros que empleaban el transporte público. El esqueleto material del metro y de sus estaciones fue uno de los primeros focos de Rothko, que poco a poco fue derivando en la abstracción porque, consideraba, era incapaz de pintar una figura humana sin “mutilar” su realidad y apariencia.

“Sólo me interesa expresar las emociones humanas básicas”, decía Rothko, que a partir de 1946 da un giro decisivo hacia la abstracción con los Multiforms (Multiformes): masas de color que tendían a equilibrarse entre sí. Paulatinamente, el pintor iría reduciendo las formas y los tonos para adoptar la simplicidad cromática y espacial de las obras que le otorgaron mayor notoriedad. La sensualidad y la evocación de los sentidos entra en juego.

Sus “multiformas” se tradujeron en sus obras “clásicas”: formas rectangulares superpuestas en ritmos binarios y terciarios con colores que oscilaban entre los amarillos, ocres, naranjas, azules, negros o blancos. Es a través de dichas pinturas cuando el estadounidense hace intervenir al espectador en su lienzo. Cuanto más se mira un Rothko, más tonalidades aparecen, abrazando una profundidad que, en primera instancia, pasa desapercibida.

La exposición de la Fondation Louis Vuitton es un recorrido por la siempre cuestionada obra de un Rothko que se negó a ser considerado como un simple “colorista”, más bien un artista que estaba en constante diálogo con una audiencia que deja de ser pasiva para introducirse en sus piscinas cromáticas y emocionales.

Una exposición está albergada en otra verdadera pieza de arte como lo es la sede de esta fundación, ya que fue hecha por el genio de Frank Gehry y está en la 8 Av. Du Mahatma Gandhi, 75116 en París, Francia por si quieren caerle y darse un buen clavado cultural…

Escrito por Invidente Zurdo

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