Invidente Zurdo
Para la maestra, que ha dejado en su esfuerzo y enseñanzas, las semillas de la esperanza para un posible mejor futuro…
Un hermoso libro para un momento difícil…
Al momento de empezar esta reseña, sobre el libro del extraordinario maestro y artista Luis Alberto Villegas Muñoz – Ville, él, nuestro gran interprete, está despidiendo a su mamá, a la cual está dirigida la dedicatoria con toda sinceridad y cariño.
Describir una obra con extraordinarios cartones que van acompañados con sentidas rimas las cuales describen, en 4 partes, a los jinetes del apocalipsis: la conquista, la guerra, la hambruna y la muerte; es un ejercicio literario maravilloso. Y no porque seamos profundos en nuestra prosa, sino que es todo un honor para quien esto escribe, un improvisado editor.
Las baladas tristes para el fin del mundo cumplen cabalmente con lo que promete, nos guste o no, el arribo de la pandemia tiro el velo que ingenuamente habíamos puesto sobre males o costumbres mentales que golpearon con tal intensidad que nuestro desnudo ya no fue sólo metafórico. Temblábamos en los baños, tratando de limpiar nuestras paranoias y fobias.
Porque eso es el fin del mundo, una gran tormenta que inicia desde el interior de cada uno de nosotros, provocando y consolidando el aleteo de la mariposa. La práctica hace realidad la teoría.
Ville lo ha entendido bien, tan bien que sus grabados son sinónimo de sentimientos, de emociones desatadas en personajes populares y comunes, como tu o yo. Todos ellos dan su propia y desesperada versión; las canciones que salen de sus almas claman por una liberación y nos arrullan con deprimentes vestigios de añorada civilización. O al menos eso pensamos.
No me malinterpreten, esas baladas son el ritmo que necesitamos, para guardar los antifaces y expresar tristezas y alegrías, con o sin arrepentimientos. Eso es lo que ha conseguido Luis Alberto, poemas cortos, directos y bellos; los cuales están representados con gráficos igualmente de hermosos.
Los desgarradores jinetes nos llevan de la mano en cada página, en una ideal edición que nos recuerda a esos libros de antaño, ya que el material usado es reciclado, y en el tamaño idóneo, para que puedas llevarlo a cualquier lado y leer el talento y arte del buen maese Ville.
Volviendo a la obra, estos cantos cortesanos son, aunque parezca inverosímil, son cantos de redención… y de esperanza. La tristeza es liberación, desprendimiento de mea culpas, llevando a nuestros monstruos frente al espejo y con ello, tratar de aceptarlos y adaptarlos a la rutina de vida que hemos construido.
Porque la acción que más hemos practicado estos últimos tres años es adaptación. Adaptar la vida al espanto de la muerte y en este tomo se define bien estas características, porque, a pesar de la incertidumbre, melancolía y desesperación que nos hace pensar en un pronto final para los humanos, la literatura de Luis Alberto, de manera a trasfondo, retrata esa necesaria condición de aclimatación al encierro, al trabajo desde casa, al pánico del contagio, pero, sobre todo, al terror de la carestía del dinero y, por lo tanto, al hambre.
Como ya hemos comentado, los lienzos de Luis son contundentes, armoniosos a los mensajes que allí se plasman; dando una belleza al libro por su sencillez y humanidad. Cada línea, tanto de pintura como de rima, visten esas emociones que habían quedado expuestas en esa primera impresión.
Este es un ejemplar que puede cargarse todos los días a todos lados, como un recordatorio que el fin puede ser el principio de un nuevo orden personal, porque el masivo, nos guste o no, está fuera de nuestras manos…
Este libro es un gran esfuerzo por Barroco Comix, una editorial independiente que ha puesto su confianza en estos extraordinarios artistas como el buen Ville. Estas son las redes del autor, donde pueden seguir sus creaciones o pedir uno de este increíble libro: @Ville.BarrocoComix, tanto en Facebook como Instagram, o si quieren pedirlo por correo electrónico: barrococomix@gmail.com…
Ocioltura recomienda ampliamente esta obra pictórica – literal…
Pd. Un fuerte abrazo a Luis Alberto, quien, sabemos, saldrá avante, luchando por dar más motivos a su progenitora, quien ha trascendido a otro plano, a descansar de esas largas jornadas como mentora de varias generaciones… Sabemos que éstas van a hacer su mejor esfuerzo y hacer de este país, un lugar distinto a lo que estamos viviendo en estos tiempos…
