Mejor conocida como memoria fotográfica, es una condición real que poseen muy pocas personas en el planeta. Este termino se popularizo con la serie gringa The Big Bang Theory, donde el personaje recreado por Jim Parsons, el famoso Sheldon Cooper, poseía esta característica, lo que lo hacía más brillante.
Y una cosa es segura, no es necesario ser un genio o considerarse de esta manera; más bien es una habilidad que puede verse de mejor manera en los infantes y muy poco en los adultos. Ahora bien, hay un debate en la terminología, ya que unos dicen que la eidética no es lo mismo que fotográfica.
La primera se basa en recuerdos que la persona puede volver a “ver” como si tuviera la escena en formato físico y la empieza a describir poco a poco, teniendo como característica el movimiento de los ojos. Se dice que no todos esos recuerdos son infalibles, tienen margen de error, en diversos porcentajes.
Y la segunda, la persona puede retener por más tiempo los recuerdos y con más nitidez, incluso de otros momentos, más lejanos, de su vida. En ambos casos, no hay evidencia científica que compruebe que estas habilidades se puedan entrenar o aprender. En varios estudios se ha comprobado que los niños, antes de los 6 años, tienen esta capacidad mental, pero en una cantidad pequeña, entre el 2 y 10 %.
La Scientific American hace referencia al Método de Extracción de Fotos para determinar si existe memoria eidética, que consiste en presentarle a una persona una foto desconocida sobre un caballete para que la observe cuidadosamente durante 30 segundos. Cumplido ese período, se retira la foto y se le pide que describa lo que observó. Las personas que afirman tener memoria eidética dicen poder ver la imagen, y pueden analizarla como si en verdad estuviese puesta sobre el caballete.
A principios del 2015, la Universidad de California-Irvine publicó un artículo sobre el caso de una mujer llamada A. J., quien aparentemente puede recordar cada día de su vida desde la niñez. Su condición ha empezado a denominarse síndrome hipertiméstico. En estos cinco años que han pasado, ha habido más estudios, pero todavía no hay resultados concluyentes. Habrá que esperar un tiempo más y determinar sí se puede entrenar o aprender; o en su defecto, saber si hay un gen que determine este funcionamiento.