La música, sea cual sea su género, debe ser universal, aun por encima de los gustos. Porque te agrade o no el rock, el regional, reggaetón, clásica, jazz, etc., debe ser disruptiva, retadora, agresiva a su muy manera particular de la lírica y ritmos que profese…
Y uno de esos estilos, que ha sido satanizado y llevado al banquillo de los acusados, literalmente, es que ha sorprendido – agradablemente – con una noticia que se vincula con la salud, para bien. Los detractores no tardarán en tratar de desacreditar el estudio, que en un momento les presentaremos, por el simple hecho de ser rock pesado y lógicamente, no les parece este tipo de música.
Como sea el caso, queremos creer que hay las suficientes bases científicas para sustentar lo ejercitado por los investigadores. Pero mejor les dejamos la debida descripción y explicación para que sean ustedes saquen sus propias conclusiones:
Tres investigadores del Hospital universitario de La Princesa han publicado un estudio piloto sobre estimulación cerebral mediante música en pacientes sedados que concluye que el heavy metal indujo los mayores cambios en la actividad cerebral frente a la música clásica o la dodecafónica.
El estudio, liderado por Jesús Pastor, jefe del Servicio de Neurofisiología, Lorena Vega – Zelaya, neurofisióloga, y Alfonso Canabal, jefe de Servicio UCI, todos ellos facultativos del centro madrileño, ha sido publicado en la revista científica de neurociencia ‘Journal of Integrative Neuroscience’, ha informado el centro hospitalario en un comunicado.
En concreto, se han analizado las variaciones de la actividad cerebral en pacientes expuestos a estímulos musicales bajo los efectos de la sedoanalgesia, teniendo en cuenta que la música es un método con valor para la estimulación en trastornos de conciencia.
Para ello se han seleccionado seis pacientes: 5 mujeres y un hombre con edades comprendidas entre 53 y 82 años que estaban ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de la Princesa por diferentes patologías. Su estado era de inconsciencia provocado mediante sedoanalgesia, para garantizar la tolerancia al dolor a la vez que mantener la función cardiorrespiratoria.
Tras autorización de los familiares para participar en el estudio, estos pacientes fueron expuestos a tres tipos de música claramente diferenciados: la clásica de Mozart (Sonata para dos pianos en D, K448), la dodecafónica de Schönberg (Klavierstuck Op. 33ª) y el heavy metal de la banda danesa Volbeat (The Devil’s Bleeding Crown).
Para ello, los pacientes les fueron colocados unos auriculares con fragmentos de cada una de las tres piezas musicales de dos minutos de duración, a un volumen correspondiente a una conversación normal.
La secuencia de los sonidos fue aleatorizada y diferente para cada uno de ellos y registrada en electroencefalogramas (EEG) siendo este un método objetivo y no invasivo de determinación de la respuesta cerebral a la estimulación.
Los datos obtenidos mostraron que la estimulación con el heavy metal fue la que produjo mayores cambios en las respuestas cerebrales, mientras que la clásica mostró una tendencia a la reducción de la actividad cerebral.
Así, este artículo supone una novedad al incluir en la estimulación cerebral con música diferentes tipos de géneros contraria a la clásica, tales como la dodecafónica o el heavy metal. Esto apunta, que diferentes tipos de música, inducen respuestas heterogéneas en el cerebro, por lo que su utilización como herramienta en el proceso de rehabilitación ya puede ser una realidad.
Con base en ello, es factible que el heavy metal llegue a implementarse en la neuro – rehabilitación de pacientes en UCI y que, este contraste de respuestas a distintos tipos de música constituya una herramienta útil para la rehabilitación de los pacientes.
Además, y tras lo resultados obtenidos en el presente estudio de los investigadores del Hospital Universitario de la Princesa, se abre la posibilidad de que se produce en esta línea implementando nuevos ensayos con más pacientes y en otros centros hospitalarios.
Bien por estos científicos, que se atrevieron a buscar alternativas no ortodoxas a lo que comúnmente se usan. Ahora esperemos que haya validaciones por otros grupos de médicos y así se pueda implementar, oficialmente, como herramienta productiva y saludable para esos pacientes que lo necesiten.
Con información de Europa Press…