Así, tal cual se lee, un tipo refutaba a otro en una cantina de mala muerte por una critica a un gobierno transformador, tan transformador que al Optimus Prime se le pueden caer las tuercas que trae por calzones por tanto cambio que ni Cristo se aventó, ni cuando hizo del agua – vino.
¿Es necesario y útil un argumento tan pueril? Es como preguntar: ‘¿en tú casa tienes energía eléctrica?’ Pero que digo, que se acaba de instaurar un nuevo tipo de mesianismo. Donde, el santo orador, desde la más alta tribuna de una llamada república, emite sus sagrados mandamientos. O eres o no…
Ese pequeño espacio de una nación se ocupa para escupir y engañar: ¡Maldito conservador! ¡Desagradecido! ¡Tu puta madre le llega un apoyo del profeta y estás de hereje!
No mames, cuantas veces he escuchado eso…
Y en ese mismo tenor he hablado y escuchado a artistas que pensaban que iban a recibir una diferencia en el trato de sus propuestas y arte. ¡Ja! El moledor e inescrutable paso del tiempo los ha hecho pensar y hablar en modo conservador. No son muchos, tampoco son pocos…
La inversión en el sector cultural ha disminuido, y no lo digo – y asevero – yo, si ustedes quieren ver y saber más de esto, sólo entren a las respectivos sitios oficiales del gobierno y vean los números que ellos, desde sus diferentes organismos censores y de auditoría, recopilan para tratar de esclarecer a donde van los presupuestos asignados… Al menos eso dicen.
¡Ah! ¡¿Por qué no los presentas tú?! ¡Hijo de tú progenitora porfirista! Es simple, me costó un huevo que me dieran acceso a la información, a pesar de tener, o simular tener, un organismo descentralizado de la información pública…
He pensado mucho ese encuentro, donde un verdadero fiel a la causa, se desgarraba las vestiduras por mantener inmaculado el puente que transito una persona de la boomer generation, sin ningún rasgo de modernización, más aún, proveniente de la mejor – eufemismo – generación de formadores de líderes sindicales del más rancio priismo…
No, no soy afín a algún partido o corriente política mexicana o extranjera, simplemente soy alguien que ha recorrido 30 años de adultez en el sendero de la vivencia proletariada. Dime mediocre, a pesar de mí título universitario. Ese soy yo, un vividor de las etapas y estepas antipolíticas de la nación…
Nunca he recibido un apoyo gubernamental, de ningún tipo o nivel, siempre he estado al margen, esperando sobrevivir a los avatares que impone el nuevo orden mundial. Y no, no es por gusto, ¿pero que puede hacer una pequeña alma que se ahoga con sus propios pensamientos? Sólo esperar a que el mar suba… Porque ahogados ya estamos…
Lo peor de la humanidad es creer y establecer una iglesia de un bastardo sacrificado, de eso, nunca ha salido algo bien, nunca en 10 mil años… Persecuciones por pensar diferente, ¡peeroo! que esa sea la palabra del señor. Amén.
Dirán que se trata de política social, el dar una pensión a las personas de la tercera edad, pero pregunto, ¿no es obligación de esta, y cualquier sociedad, velar por sus ancianos, por sus artistas, sus pensadores, sus propositivos..? O ¿deben – debemos – ser moneda de cambio? Para establecer sus fanáticas e imposible utopías… De cualquier político o partido.
Insisto, por última vez, no soy, ni quiero tener una distinción política, esas apestan a mil kilómetros, pero cabe otra aclaración, si te dan algún tipo de dispendio monetario que provenga de alguna autoridad pública,, toménla, es dinero que se genera a través de los impuestos recaudados por tu trabajo o artículos que compras cotidianamente…
Lo poco sé de esa pestilente materia, la polítca, es la desaparición de un amigos y dos familiares… Apoteosis de una frase ramplona: “Abrazos, no balazos”… Por dios… La única justicia que han recibido es la revictimización de ellos.
Es menor a la que da título a esta nota, pero son iguales de significantes, de inútiles…
No voy a hacer una apología de barbaridades, pero si haré una recomendación: ¿recibes un poco de los rayos solares, o se deben a que un asqueroso político lo promete?
Todos los políticos son iguales a la mierda que cagas al levantarte…
Eso sí es una verdad universal…