Las despedidas siempre duelen, aun cuando haga tiempo que se ansíen (Arthur Schnitzler)…
Apenas desperte y me di cuenta que el dinosaurio seguía ahí, pero no el bulldog…
4 de la mañana y abría el face, donde, tristemente me enteré que uno de esos lugares experimentales, en todos los sentidos, anunciaba su cierre definitivo para el 20 de diciembre, un día antes de mi diablo. Un golpe de sentimientos encontrados me golpeó, pero fue más el chingadazo de realidad que despabilo más que nada.
Cierra sus puertas el Perro Gordo Café / Santos Remedios, una pena que un sitio que abría sus puertas a diferentes actos de la escena under e indie deje de existir por distintos y variados motivos, suena a pleonasmo pero así la cosa en su profundo interior subyacente. Pero lo que más me hace reflexionar es el centralismo que sigue existiendo y dominando en este país. EN MUCHAS EXPRESIONES… SIN EXCEPCIONES…
A huevo y harina debes estar en un sitio concéntrico para que puedas tener un poco de atención, en ocasiones esa atención se dirige a establecimientos y / o propuestas llenas de aire, frías, poco empáticas y mierdosas, pero llevan diciendo por ahí que eso es lo que vende. La autogestión, apoyo y disidencia no es bisne. No, parece que sólo le dan espacio pa´fingir inclusión y variedad a la oferta y demanda de la cultura. Porque no somos simps pendejos y rancios; bien sabemos que estamos en una economía de mercado que absorbe cualquier manifestación, conducta y acción humana. Eres libre de ir o no a donde se te pegue la rechingada gana, pero luego salen con la mamada de que «no hay escena», «está muy lejos» «debería haber propuestas en todas las colonias de la ciudad» y más succionadas parecidas a estas.
Ya que queremos imitar el centralismo social, político, económico y cultural que tiene ese degenardo ser que es la CDMX, hagamos espacios culturales y propositivos como ellos tienen en cada pinche alcaldía. Llenemos la ciudad de Puebla de escándalo, rompamos el orden y abramos mentes y cortinas como lo intentó ese perro santo.
No es una idea que se establezca de manera simplista, ni evado mi sugerencia para hacer de esta urbe un poco más libertaria, sin inclinaciones partidistas o políticas – que al caso son lo mismo – seamos rebeldes con o sin causa. El puto país está lleno de políticos, de izquierda, centro y derecha, pero ninguno admite humanismo en sus filas porque no es negocio. Pos hagamos de las artes un pinche, lacrosa, substanciosa y lucrativa empresa capitalista socialmente responsable con nosotros mismos… Con nuestra psique… con el alma desafiante…
Vayan loas pa´ esos dos doñitos que se la rifaron y lo intentaron – León y Eleazar – para que en otro tiempo, quizás en una eón después, con otras caras y espíritus, reabran al gordinflón cachetón sacrosanto…