Invidente Zurdo
Si hay un complejo que perdura en todas las sociedades, pero más acentuada en la nuestra es aquella que nos viene de la mitología griega: la de Saturno devorando a sus hijos.
Cierto, no hay un complejo o conducta que sea asociada con esa leyenda helénica. Al menos no de manera literal, porque en psicología si hay una aproximación a lo hecho por el padre de los dioses: destructor de ilusiones. Los vástagos tenían ilusión de nacer, crecer y ocupar el trono de la creación. Eso provoco una ruptura que hasta la fecha sigue vigente: la rebeldía de los hijos al control parental.
¿Y eso es malo, MALDITO espécimen de las explosiones?
No, nunca jamás, pero esta conducta debería ser un atisbo de control, más no de absorción o sometimiento. Comento esto porque veo como desdichad@s impelen y agreden a sus mayores, porque el progreso así lo requiere. Veo como insultan, agreden y maltratan a esos adultos por el simple hecho de que así debe de ser. No es necesario ser físico, implícitamente, con evasiones o desviaciones lastiman a quienes les piden algo.
Pero cuando están en problemas, las pinches lágrimas salen a chorros; los pedidos de ayudan son lamentos histéricos de pseudos autosuficientes. Niños consentidos y malcriados son. Por eso y para no pisar susceptibilidades, vaya esta especie de oda:
Devora en santa paz,
Las acciones convalidan al agredido,
Porque de su sangre somos,
De su sangre partimos,
A mejores montañas huiremos
Viendo panorámicas escapes.
¡Engullelos sin piedad!
Al tiempo, si no lo haces, cuervos volaran,
Y ojos caerán…
Digiere con calma,
A veces trozos atoran los caninos,
Paciencia has de tener,
Para sentir el recorrido intestinal del placer.
Sigue, sigue, así como ellos han previsto el destino de Prometeo…
Escrito recogido en las céntricas oficinas de Ocioltura, y tiene como remitente al recolector de deshechos sociales, Moribundo Feliz…
